El precio de la lana tuvo su cuarta semana a la baja en el mercado internacional, perforando el piso de US$ 9 por kilo base limpia que había logrado mantener durante 2023.
El Indicador de Mercados de Este (IME) terminó la semana pasada a US$ 8,95, su menor valor en 2023. Cayó 8,4% desde el pico de US$ 9,77 en febrero.
La escalada de valores en enero y febrero, luego del anuncio de China de que terminaba con las restricciones por Covid 19, había generado optimismo. Los productores inundaron el mercado con grandes volúmenes de oferta y, a pesar de que una buena proporción fue absorbida por los compradores, los precios no lograron mantenerse.
En la última semana la depreciación de 2,4% en la cotización de la moneda australiana por la fuerte suba del dólar hizo que la caída fuera más moderada en moneda local.
Los operadores australianos sostienen que, si bien la demanda es sólida y los compradores chinos mantuvieron una corriente fluida de operaciones, otros factores están influyendo.
Muchos exportadores están experimentando dificultades y retrasos para acceso a créditos, así como complicaciones en los embarques, lo que ha impactado en los valores de mercado.
“Es decepcionante que la logística, más que la demanda, esté presionando los precios a la baja cuando todos los indicadores apuntan a una mejora de la cotización”, expresó el organismo Australian Wool Innovation (AWI).
En el mercado local la oferta es cautelosa y las operaciones son puntuales. Las últimas ventas reportadas por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) colocan a las lanas Merino grifa verde y certificadas entre 18 y 19 micras en el eje de US$ 7,60 por kilo vellón. Para las de 19 a 20 micras, acondicionadas y certificadas, se maneja US$ 7 por kilo como referencia y US$ 6 para las Merino de 20 a 21 micras.
Las lanas Corriedale de 27 y 28 micras, acondicionadas con grifa verde, se mantienen el rango de US$ 1 por kilo base sucia, un precio que sigue estando por debajo de las pretensiones de los productores en un mercado con exceso de stock.