El fuerte incremento en el precio del novillo gordo y un ajuste a la baja en el precio del ternero determinaron que la relación flaco/gordo -cociente entre el precio del ternero y el del novillo gordo- alcanzara mínimos desde que hay registros (2011), apuntando la ecuación a favor de la invernada.
En el 235º remate de Plaza Rural, los terneros hicieron un promedio de US$ 2,27 por kilo en pie, el mismo promedio que en el remate anterior, con máximos de US$ 2,71 y mínimo de US$ 1,89.
Por su parte, el novillo gordo en pie alcanzó máximos desde diciembre de 2019. La última grilla de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) marcó un precio promedio de US$ 2,25 por kilo.
Como consecuencia el índice flaco/gordo entre estas dos categorías fue de 1,02, el más bajo desde que hay registros (2011) y muy por debajo del promedio de 1,21 de los últimos cinco años.
En los últimos dos meses el novillo trepó 15%, mientras que el ternero bajó 5%.
Alejandro Zambrano, director de Zambrano y Cía. dijo a Tiempo de Cambio de radio Rural que “la relación de reposición está en mínimos como se ha visto pocas veces. Se venden los terneros buenos en el entorno de los US$ 2,2 por kilo en pie cuando sabemos que hay ganados gordos especiales por encima de esos valores”.
Uno de los motivos del ajuste a la baja en el mercado de reposición es el excepcional momento de los granos. Áreas que se destinaban a verdeos de invierno este año serán cultivos, aprovechando la firmeza en el precio de los granos como trigo, cebada y colza. Por otra parte, está la menor dinámica de la exportación en pie que solía ponerle un piso al precio del ternero.
De todos modos, la situación forrajera, la disponibilidad de pasto es la que prima, indicó Zambrano.
Mirando hacia atrás…
En 2016, la relación de reposición alcanzó picos históricos de 1,45 que volvían casi imposible comprar terneros para engordar y se mantuvo en valores relativamente altos, aunque con una tendencia a la baja en 2017.
En 2020 la relación de reposición comenzó en 1,29 hasta llegar a mínimos de 1,12. La crisis turca generó una presión bajista en el ternero que hizo que la relación de reposición se volviera más favorable al invernador.