La presidencia española del Consejo de la Unión Europea se había marcado como objetivo prioritario la firma definitiva del tratado de libre comercio con Mercosur antes de fin de año.
Pero pese a los intentos del gobierno de Pedro Sánchez, es posibilidad se aleja por la firme oposición de Francia a renegociar aspectos ambientales y sanitarios que son rechazados como “proteccionistas” por los países del Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En una reunión informal de ministros de Comercio que se celebró el viernes 20 en Valencia, Francia expuso las dudas de algunos de los socios europeos por las cuestiones que aún están pendientes de resolver en materia de sostenibilidad medioambiental y garantías de los productos agrícolas que están vinculados a ese acuerdo.
Ministros de Comercio de los países de la UE reunidos en Valencia, España
Aunque el ministro español de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez, se siguió mostrando optimista de la posibilidad de llevar a buen puerto unas negociaciones que se están manteniendo cada semana, tuvo que reconocer ante los periodistas que difícilmente podrá cerrarse este año.
Esta situación fue refrendada por el ministro francés de Comercio Exterior, Olivier Becht. «Creo que sí necesitamos más tiempo para alcanzar un acuerdo y estar seguros de que tenemos esas garantías medioambientales», expresó. Para su país, dijo, es importante evitar la competencia desleal frente a «las normas ambientales y sanitarias que ya imponemos a nuestros propios empresas y productores en Europa».
Madrid considera que sellar el acuerdo con los países sudamericanos del bloque Mercosur —Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay— tras 20 años de gestiones es un «objetivo prioritario» para la Unión Europea mientras España ostenta la presidencia de turno del bloque hasta finales de año.
«Hemos llegado al punto de tomar decisiones», había declarado a Reuters el ministro español Héctor Gómez, en vísperas de la reunión.
El acuerdo ha estado en suspenso desde 2019 debido en gran parte a las preocupaciones europeas sobre la deforestación amazónica y la lenta respuesta de Mercosur a una adenda de la UE que proponía salvaguardias ambientales.
«Estamos negociando cada semana (…) el diálogo es permanente», dijo Gómez, que consideró positivo que no se haya reabierto el texto principal del tratado para su revisión y que solo se esté discutiendo el llamado «instrumento adicional».
La Unión Europea esperaba desde marzo la respuesta del Mercosur para adjuntar compromisos de sostenibilidad y cambio climático, y éste acabó presentando una contrapropuesta de una página que fue la base de las discusiones en las recientes reuniones presenciales en Brasilia.
Decenas de activistas medioambientales se concentraron en Valencia antes del inicio de la reunión para exigir transparencia en las negociaciones y evitar cualquier impacto sobre el cambio climático de las exportaciones adicionales en un acuerdo de libre comercio.
Entre las reclamaciones de París además de las exigencias europeas para combatir la deforestación, uno de los puntos calientes, se insiste en incluir medidas espejo en materias como bienestar animal y antibióticos para garantizar que se puedan homologar a los productores de ambos lados del Atlántico.
La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, dijo a la prensa que en la reunión se transmitió «el mensaje de apurar al máximo hasta diciembre» para intentar la firma, pero reconoció que es difícil concretar los tiempos aún necesarios para cerrar el proceso. Mucho más factible parece ser cumplir los plazos para sellar otro acuerdo bilateral que lleva años pactado, el de Chile.
Con base en El Economista y Reuters