Las exigencias en bienestar animal y medio ambiente se consolidan como los dos factores más influyentes en el mediano plazo para el sector cárnico y se suman a las barreras sanitarias y arancelarias. Todas fueron motivo de debate en la jornada “Carnes UY: Diferenciación y valor a través de información” organizada por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) este martes en la Expo Prado.
El 98,5% de las pérdidas de la cadena están asociadas al manejo
Marcia del Campo, investigadora principal de INIA y especialista en bienestar animal explicó que “somos históricamente un país vendedor de carne de calidad intrínseca del producto –inocuidad, aroma, textura, etc.-, pero desde hace unos años se agregó la calidad de proceso, que incluye el bienestar animal y el medio ambiente. Hoy todos los mercados de alto valor tienen al menos algún requisito de bienestar animal”.
Hizo hincapié en el concepto de desarrollar una agenda que le permita a Uruguay vender confianza y empaquetar conceptos erradicando la violencia de los sistemas de producción. “Está comprobado que las buenas prácticas de manejo se traducen en mayor ganancia, productividad y calidad de producto si se reduce el estrés y el dolor en los animales. No podemos seguir tratando animales como máquinas. Las buenas prácticas son un buen manejo”, dijo.
Hacia un balance 0 en emisiones de Gases de Efecto Invernadero
Verónica Ciganda, directora del Programa Nacional de Investigación en Sostenibilidad Ambiental de INIA, hizo énfasis en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI).
“En los acuerdos internacionales que Uruguay ha firmado (París 2015), se compromete a bajar las emisiones de GEI, aumentar la remoción de carbono de la atmósfera, siempre tendiendo a tener un balace 0 de emisiones de GEI que nos importa porque nos importa el cambio climático”, expresó.
La ganadería contribuye a las emisiones de GEI -a través de la emisión de gas metano- pero como contra parte el sistema ganadero es responsable del 100% del secuestro de carbono de la atmósfera, explicó la especialista.
“Nos importa el cuidado del medioambiente, no contribuir al aumento de la temperatura de la atmósfera y nos importa porque las emisiones de metano son una pérdida de energía y por ende de productividad de los animales. Y nos importa porque minimizando el perjuicio mejora el posicionamiento de Uruguay en el mercado internacional”, expresó Ciganda.
Para esto, INIA trabaja en dos enfoques: en calidad y cantidad de la dieta y en el animal en sí mismo.