Trump anunció medidas de apoyo a los ganaderos y cuadruplicó la cuota de carne de Argentina: los productores quedaron desconformes

Importantes anuncios para la ganadería de EEUU se conocieron este miércoles.

Donald Trump continuó el miércoles su campaña para reducir el costo de la carne vacuna. Por un lado anunció una serie de medidas de estímulo; por otro anunció que aumentará la cuota de carne libre de aranceles de Argentina a 80 mil toneladas e instó a los ganaderos a bajar los precios, generando reacciones muy adversas de las gremiales ganaderas.

A principios de esta semana Trump dijo que el gobierno estaba considerando importar carne vacuna argentina para reducir los precios récord de la carne al consumidor. La sugerencia enfureció a los ganaderos estadounidenses. Los agricultores estadounidenses también perdieron recientemente frente a Argentina en las ventas de soja a China.

Trump dijo en una publicación en Truth Social: «Los ganaderos, a quienes admiro profundamente, no entienden que la única razón por la que les va tan bien, por primera vez en décadas, es porque impuse aranceles al ganado que entra a Estados Unidos (sic), incluyendo un arancel del 50% para Brasil.¡También tienen que bajar los precios, porque el consumidor es un factor muy importante para mí!».

Los departamentos de Agricultura, Interior, Salud y Servicios Humanos, y la Administración de Pequeñas Empresas anunciaron un plan para impulsar la oferta de ganado en Estados Unidos, como explorar la expansión del pastoreo en tierras federales y aumentar los pagos en algunos programas ganaderos, así como normas de etiquetado que identifiquen y destaquen la carne producida en EEUU, que regirán a partir de 2026.

El USDA comenzará a exigir el cumplimiento de las declaraciones voluntarias de «Producto de EEUU» el 1 de enero de 2026, para garantizar que los ganaderos nacionales se beneficien de cualquier sobreprecio para los productos de carne vacuna de producción nacional.

Enojo hasta en los republicanos

Pero por ahora las medidas están lejos de resultar atrayentes y generan fuertes controversias.

Ocho congresistas republicanos enviaron una carta a Trump el martes solicitando más información sobre su plan de importar carne argentina.

«Instamos a su administración a garantizar que cualquier decisión futura se tome con total transparencia, base científica sólida y un firme compromiso con la industria ganadera estadounidense», decía la carta, encabezada por la representante Julie Fedorchak de Dakota del Norte.

Nadie espera que haya una solución rápida de bajar los precios del ganado estadounidense, incluso si hubiera más tierra disponible para el pastoreo. «La economía y la biología del asunto son realmente difíciles de resolver», dijo David Anderson, economista agrícola de la Universidad Texas A&M. Aunque Trump pidió precios más bajos, se necesitan precios altos para incentivar a los ganaderos a expandir sus rebaños, según los economistas.

«Necesita aprender sobre la oferta y la demanda», dijo Arlan Suderman, economista jefe de materias primas de StoneX. «Los precios del ganado son altos porque la demanda es mayor que la oferta. Si se desea aumentar la oferta de carne vacuna a largo plazo, no se logra bajando los precios».

Los aranceles que Trump impuso en agosto a las importaciones de productos brasileños redujeron la oferta de carne vacuna que llegaba a Estados Unidos desde Brasil, lo que llevó a los importadores de carne a pagar precios más altos a otros proveedores, según los comerciantes.

“La cadena de suministro de alimentos de Estados Unidos es una prioridad de seguridad nacional para la Administración Trump. Nos comprometemos a garantizar que el pueblo estadounidense tenga una fuente asequible de proteínas y que los ganaderos estadounidenses cuenten con un entorno económico sólido que les permita seguir operando durante generaciones”, declaró Rollins en un comunicado de prensa.

“En el USDA, protegemos nuestra industria ganadera e incentivamos a nuevos ganaderos a que se dediquen a la noble vocación de la ganadería. Hoy, el USDA acelerará de inmediato las reformas desregulatorias, aumentará la capacidad de procesamiento, incluyendo la incorporación en las escuelas de más carne vacuna criada localmente, y trabajará con todo el gobierno para eliminar las barreras de sentido común a los ganaderos, como las restricciones obsoletas al pastoreo”.

El plan incluye tres prioridades coordinadas:

  • Proteger y mejorar el negocio ganadero

Fortalecer las bases de la producción ganadera estadounidense mediante reformas en materia de especies en peligro de extinción, mayor ayuda en caso de desastres, mayor acceso al pastoreo (aproximadamente 2 millones de hectáreas), mayor acceso al capital y herramientas asequibles de gestión de riesgos

  • Expandir el procesamiento, la transparencia para el consumidor y el acceso al mercado

Reducir los costos a largo plazo mediante la reducción de los costos de inspección hasta en un 75% para los pequeños procesadores, aumentar las opciones de comercialización para los consumidores con el etiquetado «Producto de EEUU» y garantizar que los consumidores tengan información clara y veraz sobre la carne de res estadounidense.

  • Aumentar la demanda junto con la oferta nacional.

Aumentar el ganado nacional e impulsar la demanda nacional e internacional para que los ganaderos no se vean atrapados en el ciclo de auge y caída que ha definido los mercados ganaderos del pasado. Esta estrategia incluye impulsar la demanda a largo plazo para reducir los precios para los consumidores y, al mismo tiempo, expandir los mercados para los ganaderos mediante importantes subvenciones del programa «de la granja a la escuela» y pautas dietéticas centradas en las proteínas.

Los productores están molestos

La gremial National Farmers Union observó que la política de aranceles de Trump ha conducido a China a comprar la soja de Argentina, que ya había recibido un rescate de US$ 20 mil millones. «Lo último que necesitamos es recompensarlos importando más carne bovina», declaró el sindicato en un comunicado.

La National Cattle and Beef Asociation (NCBA) criticó duramente el plan de Trump el lunes, señalando que, en los últimos cinco años, Argentina ha vendido más de US$ 800 millones en carne vacuna al mercado estadounidense, en comparación con los US$ 7 millones que los ganaderos estadounidenses colocaron en Argentina.

“Los ganaderos estadounidenses operan en uno de los mercados más competitivos del mundo. Los productores ganaderos estadounidenses se enorgullecen de ofrecer la carne vacuna más segura y de mayor calidad del planeta”, escribió la organización el miércoles en X.

“Simplemente pedimos que el gobierno no los defraude importando más carne argentina para manipular los precios”, añadieron en la publicación.

En un comunicado posterior, la asociación instó a la administración Trump a centrarse en la finalización de una planta de control del gusano barrenador (lo que en Uruguay es la mosca de la bichera) en Texas.

“La NCBA y  sus miembros no pueden respaldar al presidente mientras socava el futuro de los agricultores y ganaderos familiares al importar carne argentina para intentar influir en los precios”, declaró Colin Woodall, director ejecutivo de la NCBA. “Es imperativo que el presidente Trump y la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, permitan que los mercados ganaderos funcionen”. Estados Unidos ya enfrenta un profundo desequilibrio comercial con Argentina, que se ve agravado por el plan del presidente.

Además, Argentina es un país con un largo historial de fiebre aftosa (FA), y el USDA no ha completado las medidas necesarias para garantizar que Argentina pueda garantizar la inocuidad de los productos que se envían aquí, lo que pone en mayor peligro al ganado estadounidense, afirmaron.

“Si el presidente Trump es realmente un aliado de los productores ganaderos estadounidenses, le pedimos que abandone este intento de manipular los mercados y se centre en las prometidas instalaciones para la lucha contra el gusano barrenador en Texas; que realice inversiones adicionales que protejan a la ganadería nacional de enfermedades como la aftosa; y que aborde las cargas regulatorias, como la exclusión del lobo gris de la lista de especies amenazadas y la lucha contra la plaga de los buitres negros”, concluyó Woodall.

Farm Action, un grupo de militancia agrícola, calificó el plan como «una traición al ganadero estadounidense», lamentando que «tras desplomar el mercado de la soja y regalarle a Argentina nuestro mayor comprador de exportación (China), [Trump] ahora está a punto de hacer lo mismo con el mercado ganadero».

Incluso los miembros más fieles de MAGA, que suelen apoyar incondicionalmente al presidente, no ven la lógica de Trump. La comentarista de derecha Tomi Lahren calificó la medida como una «vergüenza» y una «puñalada por la espalda» para los ganaderos, en una publicación en X. Meriwether Farms, un productor de carne de vacuno de Wyoming que promocionaba su «amor» por el presidente, advirtió que Trump estaba traicionando a «las mismas personas que ponen comida en la mesa para nosotros».

De modo que en las próximas semanas se podrá observar si Trump logra salvar a un Milei muy complicado políticamente o por el contrario, si estas medidas de apoyo a Argentina no terminan erosionando el capital político de Trump que hasta ahora era respaldado por las organizaciones de productores.

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