El informe trimestral de reservas de granos en EEUU divulgado el pasado jueves ratificó la flojedad para el mercado de soja y acentuaron la firmeza del trigo. Las reservas de EEUU que venían proyectadas en 4,74 millones de toneladas subieron a 6,97 millones. Una suba de 47% en las reservas tuvo un directo impacto en los precios, pero cabe notar que es un stock que no llega a la mitad del que había un año atrás (14,28 millones de toneladas).
Finalmente el rendimiento fue mejor al esperado, 3.430 kilos por hectárea. Eso llevó la producción de 112,5 a 114,7 millones de toneladas.
Algo similar ocurrió con el maíz, en este caso el stock quedó en 31,4 millones de toneladas, mientras el mercado esperaba 29,3 millones. También lejos debajo de los 48,8 millones de un año atrás. A diferencia de la soja el rendimiento estimado fue recortado a 10.758 kilos/ha, también se recortó levemente el área de cosecha y la producción bajó de 360,2 a 358,4 millones de toneladas.
El menor uso interno de maíz está detrás de esta recuperación de stock que no alteró mayormente al precio.
A la inversa de estos cultivos de verano, el trigo tuvo un informe alcista
En el caso del trigo, la producción proyectada en 44,8 millones de toneladas es la más baja desde 2002. El dato quedó por debajo de lo que esperaban los privados y llevó a una reducción del stock de trigo, que dio impulso a los precios.
El stock se esperaba en 50,4 millones y fue estimado en dos millones menos, 48,4 MT.
Se agudiza así una situación de escasez asociable al cambio climático y las olas de calor que afectaron a EEUU, Canadá y Rusia y que llevarán a un aumento del área de trigo en la actual siembra del hemisferio Norte y en la siembra uruguaya del próximo otoño.