Varias inscripciones y múltiples consultas de productores ha recogido en pocos días la segunda etapa del Consorcio Regional de Innovación de Lana Ultrafina (CRILU), que será a seis años.
En esta nueva etapa se pondrá foco en el agronegocio y la innovación, agregando la valorización de la carne como otro objetivo.
“La idea no solo es tratar de mejorar la productividad y la calidad vía la investigación e innovación, sino también ser un facilitador y articulador de nuevas oportunidades y alternativas comerciales para el sector ovino”, explicó Juan Pérez Jones, presidente del CRILU.
Se mantienen los más de 40 participantes de la primera etapa del proyecto (desde 2010) con la excepción de un productor que se retira de la actividad.
Para los nuevos adherentes hay un cupo de 28 productores con un número para el bolillero mediante el que se entregan carneros. En el sistema de “Adhesión 2” los productores tienen acceso a semen congelado o fresco y a carneros por licitación.
Los productores en esta instancia pagan por el ingreso pero no se incorporan con majada.
En los primeros diez años de funcionamiento el CRILU superó sus objetivos. “Una de las metas era llegar a un millón de kilos por debajo de 20 micras y eso se logró antes de la primera década del proyecto”, afirmó Juan Pérez Jones, presidente del consorcio.
“Desde que comenzamos, la majada Merino del Uruguay bajó de 22 a 19 micras promedio, los lotes de lana de los consorciados rondan las 18 micras promedio y hay casos por debajo de las 17 micras o menos donde se captura más valor”, dijo Pérez Jones.
En los últimos 20 años en todo el país las lanas por debajo de las 20,5 micras aumentaron en cantidad (+134%) y representan en la actualidad el 32% de la producción nacional.
El CRILU está conformado por 42 productores de entre 115 y más de 5000 hectáreas que producen 400.000 kilos de lana en total con un promedio de menos de 18 micras.
Las tecnologías propuestas por el consorcio “han permitido aumentar 40% la producción de carne y 20% la lanera por hectárea”.
Estudios de Grupos CREA con CRILU muestran que se aumenta sustancialmente el ingreso con lanas por debajo de las 18 micras y el ovino se transforma en un componente esencial de la economía del productor. En un periodo de varios años y múltiples empresas analizadas, se observó una correlación directa entre la reducción de finura del lote de lana y el ingreso de capital de dichas empresas.