El mercado de reposición, con escasa oferta, mostró firmeza en ciertas categorías en el remate de Plaza Rural del jueves 2 de febrero. El tipo de cambio y el mercado externo están afectando más el bolsillo del productor que los efectos propios de la sequía en el precio del ganado, con una oferta escasa que se aleja de la lógica de déficit hídrico.
El consorcio abrió el 2023 con flechas hacia arriba en los valores obtenidos por terneros y terneras. Los animales grandes que están cerca de la faena tuvieron una corrección a la baja en los precios en dólares respecto al remate anterior. Lo mismo las vacas de invernada (-6%) y las piezas de cría (-8,7%). Se vendió el 100% en casi todas las categorías y el 93% de la oferta total de 7.820 vacunos.
Los terneros promediaron US$ 2,38, dos centavos más que en diciembre de 2022, un valor que está por debajo de febrero 2022 y por encima de 2021.
Respecto a febrero del año anterior el precio en dólares está 15% por debajo. Las lluvias de enero 2022 habían hecho saltar a los terneros de US$ 2,17 en diciembre 2021 a US$ 2,74 en febrero 2022. Esos US$ 2,74 equivalían a $ 121,4, con el dólar a $ 44.30.
Hoy, con el dólar a $ 39, los US$ 2,38 que promediaron el jueves los terneros equivalen a $ 92,82, un retroceso de 23,5% en pesos corrientes respecto a febrero 2022.
La vaca de invernada hizo US$ 1,56 por kilo, 50 centavos menos que hace un año (US$ 2,06) y 10 centavos menos que en diciembre 2022 (US$ 1,66, un 6% menos). En un año, en pesos, perdió 33%, desde $ 91,25 a $ 60,8.
Los novillos de 2 a 3 años promediaron US$ 1,88 la semana pasada contra US$ 2,45 en febrero de 2022 lo que equivale a $ 73,3 frente a $ 108,5: una diferencia de 32%.
La expectativa de mediano plazo está intacta para la reposición, con los productores optando no deshacerse de los animales a precios que no convalidan, resistiendo la presión de la sequía.
La estabilidad está sujeta a si las lluvias en las próximas semanas son suficientes para calmar a la oferta y generar un repunte de precios.
