Por Eduardo Blasina
Finalmente se cumplió la profecía del anterior presidente de INAC Federico Stanham, 500 mil toneladas exportadas en los últimos 12 meses, más de US$ 5.000 por tonelada exportada en noviembre. Un hito que desde esta publicación anticipábamos con ansiedad y que finalmente se ha cumplido.
Esto genera una situación muy interesante para la industria, y por transitiva para el resto de la cadena cárnica. El diferencial de precios de exportación y de hacienda está en los máximos del año, de modo que puede suponerse que los márgenes industriales son interesantes.
Lo que suele suceder en noviembre y en diciembre, solo que en este año con un precio del novillo mayor al de años anteriores. Incluso en 2019, que había sido excepcional para los precios de hacienda, a esta altura se estaba en una bajada muy fuerte de precios por la caída del mercado chino.
Lo que lleva a pensar en una trayectoria gradualmente creciente para el novillo gordo en las próximas semanas y un mercado de reposición que cuando la Niña pase, probablemente marzo o abril, puede tener una zafra buena para los criadores y tal vez también para los invernadores.
Porque lo importante de un buen precio de exportación es que es capaz de generar buenos precios para todos.