El mercado ganadero se mantiene en una tensa espera de noticias desde China donde el coronavirus no afloja, aunque tampoco se dispara.
Se ha conformado un cierto mercado entre los US$ 3,50 y los US$ 3,60, con algunos frigoríficos que compran más activamente y otros que no encuentran razones para comprar 
A la renegociación de precios desde China se sumó el coronavirus que tiene paralizada a la industria. Burger King por ejemplo tiene 50% de los locales cerrados.
El mercado tiene un cierto equilibrio basado en una oferta muy escasa.
La ACG bajó sus referencias por doceava semana consecutiva. Sin embargo, la preocupación mayor está en atrasos de pagos que son ya notorios en varias industrias y que obedecen a su vez a la incertidumbre que viene desde China. Algunos industriales consideran que sin la presencia de China en el mercado los precios deben estar más abajo de los niveles actuales.
En ese contexto, los casos diarios de coronavirus pasan a ser una variable relevante. Parecen tender a estabilizarse en 3.000 por día. Ni da para festejar ni da para entrar en pánico. Como dato este lunes, la Reserva Federal anunció que el Coronavirus no incidía en su política de tasas y las bolsas subieron. Todos esperando una vacuna que devuelva los buenos tiempos del semestre pasado.
Mientras nuestra visión sobre los precios del ganado gordo es bajista. En algún momento aparecerá la oferta y si no hay vacuna o remedio al virus, el precio del ganado gordo debe quebrara el US$ 3,50 por el novillo y el US$ 3,30 por la vaca.
Mientras los industriales tienen una gran preocupación por el corto plazo, los productores tienen la esperanza de que en unos meses el problema se solucionará y ‘los chinos volverán a comer’.
Eso debe llevar a una agudización de relaciones de reposición cada vez más adversas a los invernadores o a un ajuste de los precios del ternero respecto a las primeras ventas realizadas por pantalla.