Por Eduardo Blasina
La revolución que transcurre la ganadería uruguaya sigue. En 2019 parecía que cruzar los US$ 4,50 por kilo de novillo era algo que ocurría una vez en la vida. Cierto, en noviembre de ese año China bajó abruptamente los precios y eso podría volver a pasar. Pero nunca sabremos si aquella baja era por una información privilegiada de la pandemia que se venía.
Ahora el precio del novillo sigue subiendo y cuando vemos los precios de exportación entendemos la causa. La carne uruguaya se paga a precio de salmón. Y la producción responde. Es interesante ver como el Departamento de Agricultura de EEUU corrigió fuertemente hacia arriba su proyección de exportaciones de Uruguay 2022. En enero nos daba cayendo de los 560 mil toneladas del año pasado a 490 mil. En abril nos ubica ya en 530 mil toneladas, a medio camino entre la proyección anterior y una que sostenga las ventas del año pasado.
Por ahora la faena sigue alta, la exportación alta y las exportaciones en lo que va del año (158 mil toneladas) van 18 mil toneladas arriba de 2021. No hay que descartar un nuevo récord en volumen exportado y se puede dar por casi seguro un nuevo récord en facturación por exportaciones.
Tampoco debe extrañar si alguno de los gigantes brasileños compra alguna planta más en Uruguay.
Es un tiempo ganadero nuevo que ya cumple un año. La faena en semana de Pascuas fue récord para una semana de ese tipo y abril probablemente sea el doceavo mes con faena superior a 200 mil vacunos.
Vienen lluvias generosas como para que verdeos y praderas recuperen crecimiento y el empuje siga. Puesto a apostar mi asado, diría que USDA se equivoca, las exportaciones de carne vacuna este año vuelven a crecer.