Se espera que la demanda por carne vacuna siga firme este año, así como los altos volúmenes de faena, consideró el asesor de BPU Meat, Daniel de Mattos.
Avanzar en la apertura de mercados es clave. A principios de febrero el canciller Francisco Bustillo tuvo un encuentro virtual con su par de Japón, Hayashi Yoshimasathe. Entre otros temas, Uruguay consultó a Japón sobre el Tratado Transpacífico y los procesos de incorporación de nuevos miembros.
Que Uruguay pueda sumarse al Acuerdo Transpacífico “sería un cambio cualitativo muy importante”, dijo de Mattos, considerando que la demanda estructural de proteína animal y en especial de carnes rojas desde hace años se viene volcando a la demanda asiática: China, Japón y Corea, y el Sudeste Asiático. “Poder subirse al Acuerdo Transpacífico parece ser una de las opciones que nos permite acceder a ese mercado de tan alta demanda de forma rápida”, señaló a Tiempo de Cambio de radio Rural.
Para el industrial, en ese escenario, Japón y Corea son dos de los mercados más interesantes que levantarían aranceles y en los que Uruguay podría quedar en similares condiciones frente a competidores directos como Australia y EEUU.
Si hay una consolidación de apertura de mercados, “en este rubro, que es el principal de exportación de Uruguay, el techo de producción va a ser otro y el techo de precios se va a estabilizar en lo que es el de ganaderías de primer nivel como EEUU y Australia”.
“Uruguay tiene que seguir insistiendo en mejorar la calidad de acceso a los mercados”. Por ejemplo, en China, donde se perdió el ingreso de algunos productos a partir de la firma del último protocolo en 2018, apuntó de Mattos.
Para este año el industrial espera niveles de faena similares al año pasado o levemente superior y ve las 2,7 millones de cabezas como una cifra alcanzable. “Creo que va a haber alguna afectación en el flujo de entrega de esos animales y los pesos de entrega”, evaluó. “Es probable que reconstruyamos la faena en números altos para el segundo semestre”.