Por Eduardo Blasina
Los precios del ganado en EEUU están aflojando, pero no es una mala noticia. Al contrario. Es el comienzo del efecto maíz. Lo mismo que pasó de 2005 en adelante y que estalló en los precios de 2008 a 2014. En aquel entones era el ascenso imparable de los precios del petróleo que se trasladaban al etanol y succionaban cada vez más toneladas de maíz a las refinerías para que hicieran alcohol y DDGS.
Ahora son las compras de China que hasta hace dos años se mantenía relativamente al margen del mercado, con compras marginales. Pero las 28 millones de toneladas que proyecta el USDA reflejan un apetito incontenible en un momento en que EEUU tiene bajos stocks y Brasil tiene su safrinha amenazada por sequía.
La consecuencia, los feedloteros venden el ganado más velozmente, aunque el peso de carcasa sea menor. E precio baja en el corto plazo, pero cuando la ola de oferta pase, el precio en EEUU subirá. Y no solo subirá por la baja oferta. La vacuna en EEUU, Gran Bretaña, Israel y seguramente la Unión Europea irá funcionando. Al menos en EEUU las ventas minoristas están en fuerte ascenso y los precios minoristas de la carne también.
Los 52 mil vacunos faenados la semana pasada y el precio de exportación en US$ 4.500 la semana pasada están dando señales positivas y la poszafra luce cada vez más atractiva.