Esta semana el gobierno de EEUU confirmó la detección de casos de una cepa de influenza aviar altamente patógena (HPAI, por sus siglas en inglés) en Texas y Kansas. La información fue confirmada por el Secretario de Agricultura, Tom Vilsack, y el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Agricultura de EEUU.
El USDA dijo que las vacas lecheras afectadas no parecen transmitir el virus a otros bovinos dentro del mismo rebaño.
Muestras clínicas no pasteurizadas de leche de ganado enfermo recolectadas de establecimientos lecheros en Kansas y en Texas, y un hisopo orofaríngeo de otro establecimiento lechero en Texas, dieron positivo para el virus.
Se hicieron pruebas adicionales porque los establecimientos también informaron haber encontrado aves silvestres muertas en sus propiedades. Según los hallazgos de Texas, las detecciones parecen haber sido introducidas por aves silvestres.
Nuevo México también había informado de vacas lecheras con síntomas similares. El USDA dijo que las agencias federales y estatales se están moviendo rápidamente para realizar pruebas adicionales de HPAI, así como la secuenciación del genoma viral, para comprender mejor la situación, incluida la caracterización de la cepa o cepas de HPAI asociadas con estas detecciones.
¿Cuál es el riesgo para el consumidor?
“En esta etapa, no hay preocupación sobre la seguridad del suministro comercial de leche o que esta circunstancia represente un riesgo para la salud del consumidor. Las lecherías están obligadas a enviar únicamente leche de animales sanos al procesamiento para el consumo humano”, señaló el APHIS en su sitio oficial.
“La leche de los animales afectados se está desviando o destruyendo para que no entre en el suministro de alimentos. Además, se ha demostrado continuamente que la pasteurización inactiva bacterias y virus, como la influenza, en la leche. Se requiere pasteurización para cualquier leche que ingrese al comercio interestatal”, apuntó.