El arroz, junto a la soja y el maíz de primera, es el otro cultivo en plena cosecha afectado por las inundaciones en Rio Grande do Sul. Hasta este momento se recogió el 82,9% de los cultivos, quedando por cosechar alrededor de 150 mil hectáreas, una superficie equivalente a la de toda el área cultivada de Uruguay con un potencial de entre 1,2 y 1,3 millones de toneladas.
La región Central, la más afectada, tiene el menor porcentaje de superficie cosechada, con un 62%, restando alrededor de 45 mil hectáreas”, informó este viernes el Instituto Riograndense del Arroz (Irga).
Para la producción de arroz, las lluvias podrían causar una pérdida considerable en los índices de productividad, evaluó el Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (Cepea) este lunes.
La cosecha del estado ya estaba significativamente atrasada en relación a años anteriores. Las tormentas dejaron los cultivos bajo el agua y la reanudación de los trabajos de campo llevará algún tiempo. La oferta nacional también puede verse afectada, ya que el estado es el mayor productor de arroz del país.
«Existe preocupación por el suministro en Brasil y su impacto en el costo de vida de las familias, especialmente las más pobres. Algunas carreteras están cerradas, lo que también dificulta la carga del cereal», dicen los investigadores de Cepea.
El Instituto Rio-Grandense del Arroz (IRGA) estimaba un rendimiento de 8.612 kilos por hectárea ara el estado, cifra que se espera que disminuya significativamente debido a lo sucedido.
Con las dificultades que ya traía la cosecha el precio venía subiendo pero este viernes superó los US$ 21,10 por bolsa por primera vez desde fines de febrero.
En Uruguay queda por levantar el 14% del área, unas 22 mil hectáreas, la más trabajosa y extendida en el tiempo de las últimas cuatro cosechas. Es el equivalente a unas 200 mil toneladas considerando rendimientos dentro del promedio de los últimos cinco años, cerca de los 9.000 kilos por hectárea. La zona este es la más afectada, donde resta el 17% del área.
El último reporte de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) del 2 de mayo indicaba que en la última etapa de la cosecha “se mantiene la tendencia del año con atrasos importantes en las labores”. Con intermitencias en los días efectivos de trabajo producto de las frecuentes lluvias –que continúan esta semana hasta el miércoles- que generan “difícil o nulo acceso a las chacras”.
ACA reporta un año “con mucha dificultad a nivel operativo pero con resultados de rendimientos dentro del promedio de los últimos cinco años y en general buenas calidades del grano”.
El clima adverso hace que se mantenga la preocupación en lo que resta por cosechar para dar cierre a la zafra 2023/24.