La “Cumbre internacional sobre el papel social de la carne” fue celebrada el 19 y 20 de octubre de 2022 en Dublín, Irlanda, y produjo una declaración que “tiene como objetivo dar voz a los muchos científicos de todo el mundo que investigan con diligencia, honestidad y éxito en las diversas disciplinas para lograr una visión equilibrada del futuro de la agricultura animal”.
Fabio Montossi, investigador principal de INIA y referente en temas de carne y lana, participó de la cumbre que fue organizada por investigadores de ciencia de la carne, principalmente de Europa y EEUU, que cursaron 300 invitaciones a países e instituciones, todos referentes en temas de carne.
“Se trata de ciencia y de estrategia también”, dijo Montossi en Tiempo de Cambio de radio Rural, para hacer escuchar la voz de la ciencia frente a la militancia que propone la reducción del consumo de carne a la mitad para el 2050.
“No es menor porque es un grupo encabezado por la revista médica The Lancet que integran científicos de la FAO, la Organización Mundial de la Salud, académicos de Estados Unidos e Inglaterra” y hasta ahora “no había habido una respuesta organizada desde la ciencia con evidencias científicas sobre los potenciales errores que tienen las asunciones de este grupo de científicos”.
Según estos investigadores, para poder alimentar a 10.000 millones de personas en 2050 y tener al mismo tiempo un ecosistema sostenible y sin degradar, es necesario que la población cambie sus hábitos alimentarios y reduzca drásticamente la carne, lo cual también podría prevenir cerca de 11 millones de muertes al año en el mundo.
Carne y salud fue el componente más fuerte de las presentaciones en Dublín, además de ganadería y ambiente, sociedad, economía y ética.
Se criticó ampliamente el informe de The Lancet de 2019, con acento en los beneficios nutricionales y para la salud, teniendo en cuenta el contexto de deficiencias nutricionales en poblaciones vulnerables, el impacto en el desarrollo cognitivo, los beneficios a la salud y estados fisiológicos”.
“Los más altos estándares de evidencia bioevolutiva, antropológica, fisiológica y epidemiológica subrayan que el consumo regular de carne, lácteos y huevos, como parte de una dieta bien balanceada, es ventajoso para los seres humanos”, expresa la declaración.
Salud antes que metano
Respecto a los temas estrictamente ambientales “en el balance de poner el metano frente a la salud se hizo un especial énfasis en la salud”, señaló Montossi.
Se hizo referencia a los beneficios ecosistémicos que tiene la carne producida a pasto, en el secuestro de carbono, el reciclaje de nutrientes, la no competencia por consumo de granos con humanos, biodiversidad, y ventaja del uso de ganadería en áreas marginales, así como el uso de ganado para convertir en alimento humano los vegetales que no podrían ser transformados sin los rumiantes en sistemas pastoriles”.
El grupo continuará trabajando y respaldando con información científica a la producción de carne, incluyendo campañas de comunicación.
“Tenemos que hacer los deberes, pero los grandes emisores del mundo no somos la ganadería, más con la capacidad de secuestrar carbono y hacer circular los nutrientes”, señaló el investigador.
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