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abril 25, 2024

Gianni “Tano” Bianchi: “Hay que abandonar el doble propósito tradicional”

                                                          Merino Dohne

“Yo estoy convencido de que hay que abandonar el doble propósito tradicional, que la especialización productiva se imponía y 30 generaciones de agrónomos me escucharon decir esto”, afirmó Gianni “Tano” Bianchi, ex docente de Facultad de Agronomía que publicó en El Observador una muy comentada columna a raíz de la decisión de la Central Lanera Uruguaya de no inscribir más lotes por encima de 21 micras.

Columna de Bianchi: “Crónica de una muerte no anunciada”.

El doble propósito no existe en Australia y Nueva Zelanda, países paradigmáticos para la producción ovina. El Corriedale es una raza de origen neozelandés, pero desde hace tiempo que en ese país ya es difícil encontrar un Corriedale puro, sostiene.

El camino, sostiene, es especializarse en lanas finas o lanas carniceras donde la lana pasa a ser un costo de producción. “La alternativa va a ser la eficiencia en la producción de corderos, con razas carniceras y maternales para incrementar la cantidad de corderos y que esos corderos crezcan rápidamente, contrarrestando el costo que pasa a ser la producción de lana”.

Para la producción de lana y como raza doble propósito la Merino Dohne “está llamada a jugar un papel relevante en algunos sistemas de producción del país”.

En cuanto a razas sostiene que Highlander y Border Leicester son dos razas internacionales como maternales y carniceras, son usadas en Oceanía, y están consolidadas, no como Corriedale Pro y Merilin que no están estabilizadas ni son carniceras. “¿Cuál es el fundamento de crear dos razas nuevas que existen nada más que en el Uruguay? Y el Corriedale existe en volumen nada más que en el Uruguay”.

La Dohne es un doble propósito moderno, sostiene, con lana de 20 o 21 micras.

Algunos conceptos que dejó la entrevista de Eduardo Blasina con Bianchi (link al audio al final de la nota)

“Entre 17 y 21 micras es un rango bastante estable, es la lana que está mejor posicionada y que explota mejor sus virtudes frente al sintético”.

“En la carne, si yo soy un productor que invierte en genética y en pasturas, y tengo un cordero con 40-45 kilos de peso vivo que eso es equivalente a unos 18-20 kilos de peso carcasa dependiendo el rendimiento de cuarta balanza, hago toda esa inversión, y a la hora de la comercialización ese cordero vale casi lo mismo que un cordero pesado que estuvo en el campo un año, ganando y perdiendo peso, para tener una invernada de 60 o 70 días y terminarlo, con el objetivo de sacarle un vellón extra, que fue el objetivo central de la creación del cordero pesado tipo SUL… la señal ahí no es clara”.

“La señal no es clara tampoco si estoy en un compartimento y quiero producir una carcasa de una raza carnicera que no se sobreengrasa, de pesos elevados, ir a 24 o 25 kilos de peso carcasa y me dicen que hay un techo en 22 kilos. Nunca nadie supo responderme por qué hay un techo en 22 kilos. Australia es el principal abastecedor del mercado estadounidense y el piso de las carcasas que van al mercado de EEUU –y de Japón- es de 24 kilos y el techo es de 30 kilos. Estamos matando la gallina de los huevos de oro. Hay productores que podrían estar en condiciones de producir un porcentaje de las carcasas con ese peso pero hay un problema. Las señales no son muy claras”.

“La debilidad central que frena el desarrollo del rubro son las señales del mercado, no solo en la lana sino también en la carne”.

“Vas a un congreso, a cualquier evento, y te dicen que hay que desestacionalizar la oferta de cordero, producir una carcasa más pesada, más homogénea, con mejor grado de terminación, todas carencias que ha encontrado la última auditoría de INIA e INAC: que son carcasas heterogéneas y detenidas en 16,5 kilos”.

“El salto que pegamos en peso de carcasa, pasar de cordero liviano a pesado, pero después ese peso se mantuvo incambiado en 16,5 kilos; y son carcasas heterogéneas, que tienen problemas de conformación, problemas de terminación. Todo eso te dice la industria. Cuando hacés los deberes, y producís una carcasa en el primer semestre que es cuando hay menos corderos, o querés producir carcasas de 24 kilos en base a razas carniceras, ese cordero no vale lo que tiene que valer, o la señal no es del todo clara”.

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