Ignacio Iriarte, analista ganadero argentino dijo a Tiempo de Cambio de radio Rural que ‘China está volviendo y tiene la intención de importar grandes cantidades de carne. Sabemos que hay un rebote muy fuerte y se está viendo un aumento moderado de precios respecto al mismo período del año pasado, dejando de lado la burbuja de precios alcanzados en la feria SIAL’.
‘China no es competitivo produciendo carne, el valor interno de la carne vacuna es de US$ 10 por kilo en gancho y con una calidad muy inferior a la que se puede conseguir importando’. Por esto, en los primeros dos meses del año compró 250.000 toneladas de carne vacuna -aún con una demanda muy baja como consecuencia del coronavirus-, un escalón debajo del pico de fines de 2019, pero 40% por encima que en el mismo período de un año atrás.
La crisis de la peste porcina africana, que generó una gran caída en la producción de carne de cerdo en China impulsó las importaciones de todas las carnes. ‘Para este año, se estima que el gigante asiático demandará entre 15 y 20 millones de toneladas de carne -un volumen que no puede ser abastecido-‘, dijo el analista muy animoso sobre el segundo semestre de la carne vacuna desde su cuarentena en San Sebastián.