Una nueva crucífera de invierno se incorpora desde este año a la paleta de cultivos disponibles para los agricultores: la camelina.
Martín Mendoza y Luis Morales de Louis Dreyfus Company (LDC Uruguay) explicaron en Tiempo de Cambio de Radio Rural que para este año el objetivo es alcanzar entre 4.500 y 5.000 hectáreas de cultivo de esta oleaginosa de ciclo más corto que la colza que tiene demanda desde el sector de biocombustibles para aviación, como la carinata.
La expectativa de rendimiento para el primer año en Uruguay es de 1.100 kilos por hectárea a una cotización equivalente al de la soja Chicago enero 2025 + US$ 50. Hoy sería US$ 488 por tonelada.
Es un cultivo con poca demanda de agua, de 200 a 250 mm. en todo el ciclo, y tolerante a la helada en la fase vegetativo. Es un excelente antecesor para el cultivo de verano y permite liberar las chacras tempranamente para sembrar soja de primera.
“El ciclo va de principios a junio a fines de octubre; corta el consumo de agua 25 días antes de la cosecha, lo que suma para la posterior siembra y aporta beneficios al suelo”, afirmaron.
El objetivo es seleccionar chacras que puedan responder bien que deben tener suelos bien drenados, incluso arenosos, y no sustituir el cultivo de alimentos sino entrar en la rotación de puentes verdes con una alternativa que deje renta.
“Si hiciéramos 100 mil hectáreas las comprarían todas”, afirmaron los técnicos de LDC Uruguay, sobre esta crucífera con “alto contenido de aceite y ultra baja en carbono, positiva para el cambio climático y fuente de biocombustible para aviación”.