La estadounidense Tyson Foods, una de las principales industrias frigoríficas del mundo, registró su primera pérdida trimestral en 14 años y redujo la perspectiva de ventas para 2023.
Entre enero y marzo la compañía tuvo pérdidas de US$ 97 millones en comparación con una ganancia neta de US$ 829 millones en el primer trimestre de 2022.
A su vez, redujo su perspectiva de ventas para el año fiscal de un rango desde US$ 55.000 millones a US$ 57.000 millones, a entre US$ 53.000 millones y US$ 54.000 millones.
Evolución de los precios de las carnes de Tyson Foods por trimestre. Gráfico: Reuters
Los consumidores estadounidenses con problemas de liquidez están recortando el gasto en carne en un entorno de alta inflación, mientras que un stock de ganado cada vez menor obliga a Tyson a pagar más por el ganado, erosionando los márgenes. Los precios de venta promedio de la carne vacuna y de cerdo cayeron 5,4% y 10,3% respecto al primer trimestre de 2022.
Las ventas de carne vacuna cayeron 8,3% en el trimestre a 4620 millones de dólares, y los volúmenes se redujeron 3%, mientras que los volúmenes de pollo aumentaron 6,4%.
Los márgenes operativos para la carne vacuna cayeron a 0,2% en el trimestre, el peor resultado desde 2015, muy por debajo del 12,7% del año anterior.
La compañía estimó los márgenes del negocio de carne vacuna para todo el año 2023 entre un 1% negativo y un 1% positivo, en comparación con su pronóstico anterior del 2% al 4% positivo.
En respuesta a estos resultados operativos las acciones de Tyson Foods sufrieron su mayor desplome en tres años (desde el inicio de la pandemia de Covid 19) con una caída de 21% en una semana, desde US$ 60,68 a US$ 48.
El director ejecutivo de la compañía, Donnie King, dijo que el período fue excepcionalmente difícil para la empresa.
“No puedo recordar un momento en que nuestro negocio haya enfrentado una situación tan inusual en la que la carne de vacuno, cerdo y pollo estuvieran experimentando desafíos al mismo tiempo”, dijo.
La mayor parte de la disminución anual del 80% en los ingresos operativos de la compañía se debió a menores ventas de carne vacuna y de pollo, y al incremento de costos de materia prima y mano de obra.
El trimestre negativo de Tyson sigue a una serie de medidas recientes destinadas a aumentar la eficiencia -incluido el despido del 10% de los empleados administrativos y el 15% de los cargos jerárquicos- y el cierre de instalaciones de procesamiento en Virginia y Arkansas.
Los ejecutivos de Tyson advirtieron que es muy probable que los vientos en contra que ha enfrentado la compañía continúen durante el resto de 2023.
La volatilidad de la oferta y la demanda podría continuar causando problemas en el futuro, según un análisis de la consultora JP Morgan. “El segmento de la carne vacuna puede verse afectado en los próximos años por una menor oferta de ganado, y en general sigue habiendo mucha incertidumbre”, dijo JP Morgan.
El director financiero de Tyson dijo que las compras del ganado significaron un aumento de US$ 305 millones en el trimestre debido a la escasez de suministros. En carne de cerdo la demanda del consumo bajó 9%.
En el rubro carne aviar las operaciones tuvieron una pérdida de US$ 166 millones en ingresos como consecuencia del brote de gripe aviar el año pasado y al aumento de los costos de alimentación en US$ 145 millones.