La cadena cárnica en EEUU está siendo duramente golpeada por el nuevo coronavirus. Sigue en aumento el número de frigoríficos que han dejado de operar o han reducido su actividad tras la detección de casos positivos a la enfermedad entre sus trabajadores. Y se ve limitada la capacidad de faena.
Steiner Consulting estimó que la faena total de ganado en EEUU la semana pasada fue de 502.000 cabezas, casi 22% menos que la misma semana hace un año atrás, consignó Beefcentral. En las últimas dos semanas la faena cayó 19% o 241.000 cabezas respecto al mismo período del año pasado, según las estimaciones de Steiner, aunque los datos oficiales de faena se conocerán la semana próxima.
El Departamento de Agricultura de EEUU informó que la faena de ganado vacuno este martes totalizó 84.000 cabezas, aproximadamente un 30% menos que un año atrás.
‘De cualquier forma que mires esto, parece que el problema continuará impactando los mercados de ganado de EEUU esta semana’, señaló la consultora estadounidense. De hecho, siguen cayendo los precios del ganado en el mercado de futuros.
Uno de los últimos casos registrados fue en una planta procesadora de carne vacuna de JBS cerca de Plainwell, Michigan, donde alrededor de 60 empleados dieron positivo a COVID-19.
En Texas, el Departamento de Servicios de Salud de ese estado está investigando brotes en la planta de JBS Beef en el condado de Moore y Tyson Foods en el condado de Shelby.
El enlentecimiento de la actividad industrial se ve acentuado con la implementación de medidas de distanciamiento de los empleados y otras disposiciones sanitarias.
A medida que aumenta el número de casos de Covid-19, las demás plantas pueden verse obligadas a tomar mayores precauciones, ralentizar aún más las cadenas de procesamiento o cerrar temporalmente. La gestión de la fuerza laboral será cada vez más desafiante.
Otro desafío está siendo el alto nivel de ausentismo por temor a la enfermedad y una menor disposición a trabajar en contacto cercano.