Tras el freno puesto por los compradores chinos el precio de exportación cayó unos US$ 1.000 por tonelada. En los primeros 20 días de enero promedió US$ 4.794 por tonelada peso embarque, una caída de 15% respecto a los US$ 5.642 promedio alcanzados en los primeros 20 días de diciembre de acuerdo a datos de la Dirección Nacional de Aduanas.
El precio pago por China comenzó a subir apenas empezado el 2019. En enero del año pasado el precio de exportación a China era US$ 4.118 por tonelada peso embarque sin mayores diferencias con enero de 2018. Se colocaba más volumen que un año atrás, a un precio interesante pero estable. Desde allí, el precio obtenido por la carne uruguaya se mantuvo permanentemente al alza a medida que se percibía la gravedad de la crisis de los cerdos en China. Cruzó los US$ 4.500 en julio y los US$ 5.000 en noviembre.
Son tres los factores que impulsan esta caída. A raíz del fuerte incremento en el precio de la carne -principalmente la de cerdo- el Gobierno chino decidió interferir en el mercado: primero habilitando el canal gris -Hong Kong- por donde ingresan grandes volúmenes de carne y a menores precios.
En segundo lugar liberando más de 100.000 toneladas de carne de cerdo en los últimos 30 días provenientes de las reservas estatales para casos de emergencia.
Como tercera medida el Gobierno chino, a raíz de la falta de financiación y capital de las empresas, dio la orden de no otorgar más préstamos para realizar nuevos contratos de compra.
De todos modos, las proyecciones que se mantienen vigentes apuntan a que China importe un 26% más de carne vacuna en 2020 de la que importó en 2019 (2,9 millones de toneladas peso canal vs 2,3 millones) según el USDA.
China seguirá comprando y la estabilidad del mercado ganadero sobrevivirá aunque todavía es primario para llegar a una lógica definitiva de precios, recién se sabrá en febrero o marzo cuando la actividad en China se haya restablecido tras el año nuevo lunar.