El novillo y los virus
Por Eduardo Blasina
El novillo pasó de un precio esperable de mediano plazo de US$ 3,75 a uno de 3,50 con las renegociaciones de los precios de China, a una situación incierta a partir del Coronavirus. Mientras no se diseñe la vacuna, es totalmente impredecible cuándo y a qué precio pueden volver las compras. Es una disrupción cualitativa, mayor.
Lógicamente hay que mantener la calma tranto en las euforias como en los momentos de alta incertidumbre respecto a la demanda. Pero también es cierto que hay que recalcular el escenario más probable.
Una enfermedad viral, potencialmente mortal y altamente contagiosa es un golpe tremendo para los restaurantes. Una familia razonablemente preferirá no exponerse a tamaño riesgo y se consume mucha más carne fuera del hogar que en la cocina propia.
Esto genera una situación compleja a varios niveles: frigoríficos que compraron ganado en el segundo semestre y han quedado descalzos en sus ventas, por un lado. Invernadores que compraron reposición cara y deben vender gordo en el segundo semestre a un precio muy incierto, pero seguramente por debajo de las expectativas al momento de compra.
Y todo esto al comienzo de una zafra de terneros que será interesante en volumen y que tendrá, por lo menos al comienzo una cotización muy dependiente de cuánto compre la exportación en pie.
Turquía vuelve a ser importante luego de seis meses de euforia, el Coronavirus también viene a decir a la ganadería ‘se terminó el recreo’.
Pero no todas son malas noticias. La carne vacuna no tiene nada que ver con lo sucedido y apenas aparezca la vacuna, las condiciones estructurales de crecimiento der la demanda volverán a manifestarse. La misma gente que se inhibirá en estos días a un restaurant, irá contenta cuando este problema se haya solucionado.
Es imposible saber a qué velocidad se encontrará la solución, pero los recientes casos del Ebola y el SARS hacen suponer que no serán más de seis meses sin vacuna. Nada es absoluto y ese tiempo también dependerá de a qué velocidad pueda mutar el virus. El Sida con su capacidad de ser casi un permanente mutante ha burlado a los intentos de vacuna. Igual ha sido razonablemente controlado.
Pero el Corona es más cercano biológicamente al SARS, por lo cual el plazo de seis meses parece razonable. Por primera vez un virus que no afecta al ganado y está en la China tiene un impacto fuerte sobre la cotización del novillo uruguayo. La globalización llega para bien y para mal.
Un virus en los cerdos nos catapultó como abastecedores, y nos conviene que se demore la obtención de una vacuna. Pero hoy justamente desde EEUU se anuncia que una vacuna está muy cerca de pasar los testeos de laboratorio con éxito. No demorará en aparecer a nivel comercial.
Otro virus golpea a la demanda y nos pone en problemas no solo en la carne. La lana, los granos todos productos que exporta Uruguay sean alimentos o textiles entraron en un período incierto.