Con Diego Carrau, gerente forestal de Montes del Plata.
En este primer encuentro de Bienplantados, dialogamos con Diego Carrau sobre el impacto de la pandemia en el sector forestal y la producción de celulosa, los fundamentos de la producción forestal sostenible y el programa Alianzas.
“Pese a la pandemia del Coronavirus tengo que resaltar que nuestras operaciones forestales e industriales no han parado y hasta hoy, no hemos tenido contagios en nuestro personal, ni en los trabajadores propios ni de contratistas. Si aparece un caso, hay un protocolo previsto”, comentó Carrau.
“Hemos trabajado durísimo en desarrollar protocolos para mantener el distanciamiento, los cuidados personales y la higiene del lugar de trabajo. Además, redujimos la cantidad de personas en el transporte que va diariamente a nuestros centros de trabajo y hasta ahora nos ha funcionado muy bien. Tengo que destacar el compromiso de nuestra gente: vemos muy comprometido a todo el equipo de Montes del Plata”, remarcó.
“Estamos en un escenario desafiante en el mercado de la celulosa. La demanda está muy correlacionada con el crecimiento mundial y -en la situación actual- no vemos crecimiento; incluso en algunos usos especiales -como papeles de impresión, diarios y revistas- se ve una baja que, se teme, puede ser estructural.
Sin embargo, vemos productos como los papeles de higiene y los de embalajes cuya demanda crece fuertemente, impulsada por el Covid; hablamos de papel de cocina, higiene personal y doméstico. La celulosa que produce Montes del Plata es de fibra corta, de Eucalyptus, cuyos usos principales son impresión, higiene y embalaje; hoy vemos que el e-commerce está en expansión y eso impulsa la demanda de papeles de embalaje. A su vez, la preocupación por la sanidad aumenta la demanda de papel de higiene”, explicó Carrau.
“Para responder a esa demanda, tenemos que empezar por el suelo y el árbol. Y para ser sostenibles, tenemos que maximizar la productividad de nuestras plantaciones. Montes del Plata tiene un programa de mejora genética que tiene más de 10 años y estamos cosechando los primeros resultados. Hoy sabemos cuáles son las mejores variedades y clones, adaptados a cada ambiente. Los materiales que estamos plantando hoy producen 10 a 20% más celulosa por hectárea que la semilla salvaje que trajimos desde Australia, hace 10 o 15 años atrás”, destacó.
“El equipo técnico de Montes del Plata se ha especializado en identificar los mejores suelos para los Eucalyptus que plantamos. Apuntamos a una buena silvicultura, eligiendo bien el sitio. Se trata de preparar bien el suelo, hacer una plantación con calidad, con cariño, y con un buen control de malezas en el primer año de vida de la plantación. Además, tenemos sistemas de protección contra incendios, y contra plagas y enfermedades.
Nuestro programa de mejora genética está diseñado para que cada 10 años -que es el ciclo del monte- se justifique reforestar y no esperar simplemente el rebrote. O sea que en cada ciclo de producción podemos hacer un cambio de material genético que permite aumentar la productividad y la rentabilidad de la plantación. Y cuando se hace una nueva plantación, se precisa más mano de obra: hoy tenemos más de 2.000 personas trabajando permanentemente en el campo. Y toda nuestra cadena forestal completa incluye unas 6.000 personas, mucho empleo”, señaló.
“Hoy la base forestal de Montes del Plata está en 13 departamentos del país. La empresa empezó a plantar en Río Negro, Paysandú, Soriano, y luego Durazno. Hoy nuestro foco es acercar las plantaciones a nuestro complejo industrial en Colonia (Punta Pereira); por eso apuntamos a Colonia, San José, Flores, Sur de Soriano y Río Negro, donde está nuestra terminal portuaria en Fray Bentos. Allí se acopia la madera que luego va vía fluvial a la planta de Punta Pereira: tenemos una logística bimodal, y el 50% de la madera llega por barcaza a la planta, lo que reduce mucho la circulación de camiones por las rutas”, dijo Carrau.
Alianzas
Para el Gerente Forestal de Montes del Plata “el programa Alianzas, de integración productiva, busca identificar productores agropecuarios que en sus tierras tengan suelos de aptitud forestal. Además, buscamos que estén a una distancia razonable de nuestra planta de celulosa”.
“Con esas condiciones –continuó- proponemos una alianza con una empresa de primer nivel, que va a cumplir con sus obligaciones y que está mirando el largo plazo, apuntando a la sostenibilidad de todas sus operaciones”.
“Buscamos ir más allá de una relación puramente comercial: queremos entablar una alianza a través de la confianza y valores compartidos. Vamos a buscar un negocio que sea ganar-ganar, en una relación de muy largo plazo como exige la forestación, con ciclos de contrato de 10, 20 y hasta 30 años.
Con estas Alianzas, el productor diversifica la producción y optimiza el uso de suelo. La forestación busca suelos donde el árbol pueda enraizarse, con buen drenaje; pero no son los mejores suelos agrícolas, pesados, sino suelos de fertilidad media y baja, que incluso pueden ser pedregosos, pero donde la raíz puede explorar y profundizar.
Ganadería y forestación son actividades complementarias y eso lo vemos en el programa Alianzas. El árbol y el ganado conviven y se prestan beneficios mutuos: el bosque brinda abrigo y sombra al ganado, ayudando a regular el estrés térmico. En los últimos años han salido varios estudios, tanto de Facultad de Agronomía como de INIA, que muestran ganancias de peso muy interesantes cuando se integran la ganadería y la forestación.
Nuestro programa Alianzas es un traje a medida para el productor, que elige dónde poner los árboles en su campo. Y hemos tenido muy buenos resultados: tenemos más de 400 productores con 65.000 hectáreas en el programa”, destacó Carrau.
Para los productores, Alianzas ofrece tres opciones típicas. La primera es un esquema de arrendamiento, en el cual el productor pone la tierra y la empresa hace la inversión y paga una renta por esa tierra, con contratos que pueden ser a un ciclo forestal (10 años) a 2 o a 3 ciclos (30 años). Es la opción más común.
Cuando el productor quiere asumir un poco más de riesgo, está la segunda opción, la aparcería, en la cual el productor pone la tierra, la empresa pone la inversión y se reparten las ganancias. Y la tercera modalidad se configura cuando el productor quiere invertir en una caja de ahorro para dejar algo a sus hijos o nietos, y se anima a convertirse en productor forestal. Es la promoción, en la cual el productor pone la tierra, hace la inversión en el monte y Montes del Plata contribuye con la mejor genética, nuestro know-how forestal y toda la gestión de permisos ante la Intendencia, la Dirección Forestal del MGAP y la Dinama (MVOTMA) para que ese proyecto sea rentable y se apruebe lo antes posible.