Uruguayos valoran atributos ambientales en la carne y rechazan sustitutos

                             Consumo de carne en Uruguay. Fuente: INAC

El 35% de los uruguayos dijo haber reducido el consumo de carnes en los últimos dos años, 50% lo mantuvo y 6% lo aumentó.  Entre quienes mantuvieron el consumo, uno de cada tres dijo haber reducido el consumo de carne vacuna y aumentado el de pollo o cerdo.

A su vez, por más que se haya mantenido el consumo de carne, 33% de las personas cambió el tipo de carne y se volcó más hacia pollo y cerdo, fundamentalmente por precios o por temas asociados a la salud y ambientales. Estas son algunas de las conclusiones del estudio Perspectivas de la carne: asociaciones mentales y motivos de los consumidores uruguayos cambios de consumo subyacentes realizado por un grupo de investigadores uruguayos ante una propuesta de la revista científica Meat Science en 172 países y financiada en Uruguay por el INIA

Se identificaron tres razones como los principales determinantes de estos cambios: precio (46,1%), salud (21,4%) y cambios en la dieta (19,4%), que se relacionaron principalmente con la intención de incrementar el consumo de vegetales o adoptar una dieta más saludable.

En otra pregunta, el 24% de las personas declaró que reduciría el consumo de carne en el futuro y 65% que lo mantendría.

En Uruguay el consumo de carne vacuna es de 45 kilos anuales por persona, siete veces por encima del promedio mundial de 6,5 kilos anuales. Es la carne que más se consume, duplica o triplica el consumo anual de carne de cerdo y de ave.

En Uruguay 85% de las personas se declaran consumidoras de carne, 9% afirma no comer carne por ser vegetariano y 2% argumenta no consumir carne por otros motivos, como por estar afectado por alguna enfermedad.

Según los datos recientes en 10 países europeos los consumidores de carne varían entre 48% a 68%.

Un hallazgo del relevamiento, hecho entre 600 consumidores uruguayos mediante trabajo de campo de Equipos Consultores con formulación y análisis del equipo de investigadores, es que para el 85% de los consultados los temas ambientales relacionados a la carne son muy importantes o importantes, dijo Fabio Montossi, docente e investigador del INIA a cargo del estudio.

En resultados que están disponibles para una futura publicación y que no fueron divulgados por Meat Science, se señala que el 65% de los encuestados dijo que estaba dispuesto a pagar más por carne que contemple certificaciones de bienestar animal y ambiental.

El 61% pagaría más por carne producida a pasto, 60% por carne orgánica, 55% por carne sustentable (carbono cero), 52% por carne con marca, 50% por carne con trazabilidad, 45% por carne sin antibióticos y 43% sin promotores de crecimiento.

Sólo 18% de los encuestados dijo tener la disposición pagar más dinero por carne procedente de ganados terminados a corral.

Estos resultados sugieren que hay un gran desconocimiento del proceso de producción e industrialización ya que en Uruguay las hormonas y promotores de crecimiento están prohibidas por ley y la trazabilidad es total.

Por otra parte, la mayoría de los consumidores rechaza consumir imitaciones de carne producida en laboratorios. Ante la pregunta de si con conocía las proteínas de origen animal producidas en un laboratorio o análogos de las carnes solo 54% de los uruguayos contentó afirmativamente y el 75% de los encuestados aseguró que no estaba dispuesto a consumir ese producto.

Los participantes más jóvenes en este estudio mostraron una mayor probabilidad de asociar la carne con la producción de carne y crueldad animal, coincidiendo con resultados similares de otros estudios en las mayores preocupaciones sobre el bienestar animal en las generaciones más jóvenes.

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