Las principales compañías cárnicas estadounidenses anunciaron este lunes que cerraron tres instalaciones que producen carne de cerdo y vacuna en Iowa y Pensilvania por el brote de coronavirus.
Más de dos docenas de trabajadores en una planta de carne de cerdo de Tyson Foods fueron afectados con COVID-19, lo que obligó a suspender las operaciones en su planta de Columbus Junction al suroeste de Iowa. La planta emplea a 1.400 trabajadores y faena más de 10.000 cerdos al día (alrededor del 2% de la capacidad total de sacrificio del país).
JBS anunció que reduciría la producción en su planta de carne vacuna en Souderton, Pensilvania, durante dos semanas porque varios gerentes tenían síntomas. La planta emplea a 1.000 personas y es la más grande al este de Chicago.
Empire Kosher cerró una planta de procesamiento de aves de corral en Mifflintown, Pennsyvania, durante dos semanas ya que varios empleados dieron positivo por coronavirus. La canadiense Olymel, cerró una planta de sacrificio y procesamiento de cerdos durante 14 días después de que nueve empleados dieron positivo por COVID-19. Otros procesadores han informado que los empleados dieron positivo por infecciones por coronavirus.
La penetración del virus en las zonas rurales de EEUU ha sido más lenta que en la ciudad. Un tercio de los condados rurales no había reportado casos, en comparación con el 5% de los condados urbanos. Pero el número de casos ahora está aumentando más rápidamente en las zonas rurales que en las ciudades.
Algunos frigoríficos redujeron la producción. Hay paradas de uno o dos días semanales para limpieza. National Beef Packing suspendió el lunes la faena en una planta de Tama, Iowa, para una limpieza que originalmente estaba programada para fines de este mes, informó Reuters.