“La fotosíntesis en el siglo XXI es lo que fue el oro en el siglo XIX y el petróleo en el siglo XX”, sostiene Pablo Carrasco, director de Conexión Ganadera, que impulsa el desarrollo de la oferta de Uruguay en el mercado de bonos de carbono.
Según la FAO el país está en el nivel más alto del mundo en cuanto al potencial de secuestro de carbono y eso genera una oportunidad para que los ganaderos comiencen a facturar por cada tonelada de carbono que capturen.
“Es un tren que está pasando”, apuntó Carrasco en Tiempo de Cambio de Radio Rural. Para concretar proyectos es necesario reunir a empresas forestales, ministerios, bancos y proveedores de insumos. La demanda existe y la cadena está en funcionamiento: precios, traders y certificadores. “Hay que armar la oferta”, sostuvo el director de Conexión Ganadera y carnes Stradivarius.
La receta para tener un campo en condiciones de producir bonos de carbono es el pastoreo rotativo con agua en la parcela y alguna mezcla con forestación, donde lo más recomendable son cortinas de eucaliptus para separar parcelas y que tengan destino de madera aserrada y no celulosa: “idealmente esa madera debería ser para construcción de viviendas”, explicó Carrasco.
Escuche la entrevista a Pablo Carrasco en Tiempo de Cambio de Radio Rural