Año de recuperación para la lechería en Nueva Zelanda. Para este 2023 el Departamento de Agricultura de EEUU proyecta que la producción de leche de ese país tendrá un crecimiento de 2% interanual, con 21,5 millones de toneladas, según el publicó en el reporte Dairy: World Markets and Trade.
Mejores condiciones estacionales han impulsado el crecimiento de pasturas en regiones lecheras clave de la isla Norte. De la mano de esto, la producción de leche en los primeros 5 meses fue un 3% más alta respecto a un año atrás.
“Las perspectivas hasta setiembre es prometedor ya que se espera que la precipitación sea promedio o superior al promedio en muchas regiones lecheras clave en las islas Norte y Sur”, señaló el reporte.
Si bien el precio de la leche al productor sigue siendo alto este año, se encuentra por debajo de 2022.
Precios más bajos y el aumento los costos de los insumos debido a la inflación y las tasas de interés más altas se traducirán en una caída de la rentabilidad, rodeos más pequeños y un uso reducido de alimentos importados.
“Algunas operaciones de granjas lecheras se verán afectadas por la prohibición de exportar animales vivos que entró en vigor el 30 de abril. Las exportaciones de animales vivos a China proporcionaron ingresos fiables para algunos productores de lácteos”, detalló el informe.
Acompañando este crecimiento de la producción, también el USDA proyecta un crecimiento de las exportaciones de leche en polvo entera de Nueva Zelanda. Pasaría de 1,328 millones de toneladas en 2022 a 1,525 millones, un salto interanual de 15%. El incremento es de 1,6% frente a la proyección anterior.
¿Qué se espera para la Unión Europea?
Estabilidad en la producción de leche y un incremento en las exportaciones de LPE es la proyección del USDA. La producción de leche caería marginalmente a 144 millones de toneladas respecto a las 144,4 millones de 2022.
La producción creció durante el primeros 5 meses del año vinculado a una mejora de la productividad, a pesar de una caída en el rodeo lechero de más de 100.000 vacas. Las políticas ambientales y de bienestar animal introducidas en muchos estados miembros de la UE han contribuido a la caída del stock.
La nueva normativa pone a los productores en un dilema: o invertir grandes cantidades de capital para adoptar nuevos procesos de producción o pasar a la producción de carne vacuna y aumentar la faena. Los ajustes en el precio al productor en la UE sumado al aumento del costo de producción han acelerado las salidas de productores del sector. La reducción de los márgenes se ha traducido en el cierres de pequeñas y medianas establecimientos lecheros en España, Francia, Alemania y Polonia, y se espera que siga pesando sobre la producción a medida que el año avanza.