“Al aumentar la producción y por ende la oferta se produce una caída libre en el precio. Nada nos garantiza que al aumentar la producción y superar los 3 millones de terneros no se repita esta situación –de ajuste en los precios- permanentemente. Recién este año alcanzamos los tres millones y ya lo estamos padeciendo”, dijo Guillermo Vila, vicepresidente de la Federación Rural y delegado de la misma en la Junta de INAC a Tiempo de Cambio de radio Rural.
Los productores tienen que ser cautos y saber cuáles son las reglas del juego y mirar la producción desde el punto de vista económico. “Producir lo que sea económicamente más rentable”.
Según Vila, hay una gran superficie ganadera en Uruguay en las que incrementar el destete requiere de muchas inversiones en las que si no hay retorno económico, si no están dadas las garantías de precios, los ingresos son negativos.
En el negocio ganadero hay años en los que la industria se ve beneficiada y otros en los que el beneficio lo absorbe el productor. Pero según Vila el productor, al depender de los ciclos biológicos es rehén de esa situación. “En los momentos en los que el ganado vale más, la industria tiene la posibilidad de bajar compras, o ajustar faena, dar licencias, etc. Por eso insistimos en que la exportación en pie es una herramienta fundamental para dar un piso a los precios”.