“Los precios del ganado subirán y los precios de la carne vacuna subirán con ellos”, dijo Tim Klein, CEO de National Beef Co., gigante de la industria cárnica estadounidense controlado por la firma brasileña Marfrig.
El precio promedio de la carne al público aumentó 18% en EEUU en el último año y la proyección es que continúe ajustando al alza, en un contexto inflacionario y de incremento de costos para la industria.
Los compradores estadounidenses pueden adaptarse a la inflación cambiando a cortes menos costosos, dijo Klein.
Tyson Foods, otro de los grandes actores de la cadena cárnica de EEUU, señaló que la escalada de precios de la carne vacuna obedece a la alta demanda, una producción limitada y una inflación récord de 8,5% en marzo, según el dato más reciente.
Donnie King, director de Tyson Foods, detalló que “una alta y creciente demanda, una producción limitada debido a la escasez de mano de obra causada por la pandemia mundial, y una inflación récord han impulsado los precios”, en un documento entregado al Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
La compañía «no fija los precios del ganado que compramos, ni de la carne de vacuno que compran nuestros clientes. Estos precios los fijan la oferta y la demanda», dijeron desde Tyson.
Además, «el dramático aumento de los costos de los insumos se refleja en los precios que las familias estadounidenses pagan en la tienda de comestibles».
Por ejemplo, desde marzo de 2020, el maíz ha subido 127% y la soja 90%. Ambos se utilizan en la alimentación de ganado y aves de corral, y comprenden el 65% del costo del pollo y aproximadamente el 30% del coste de la carne vacuna terminada a grano. Los costos del transporte de mercancías y la energía también están subiendo: las tarifas de los contenedores de transporte internacional han subido un 68% y el gasoil un 104% de un año a otro.
En base a Bloomberg y Reuters