En el mercado de granos la expectativa este martes está concentrada en el informe mensual de oferta del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en el que se esperan ajustes a la baja en la producción de soja y maíz.
El mercado espera que para la cosecha estadounidense de soja se corrija la producción en 1,3 millones de toneladas, de las 114,45 del reporte de agosto a 113,14 millones de toneladas.
Este lunes las cotizaciones mantuvieron la senda alcista marcada el viernes. La soja posición setiembre cerró a US$ 503 mientras que la de la próxima cosecha cotizó a US$ 512.
Luego del cierre del mercado de Chicago el informe semanal de estado de los cultivos redujo de 53% a 52% el área de soja de excelente a bueno, por debajo del 56% del año pasado.
El maíz también corrigió levemente al alza, con estimaciones privadas que esperan una corrección a la baja de la cosecha de 2,7 millones respecto al dato de agosto. Las referencias este lunes subieron a US$ 191 por tonelada para la posición diciembre y US$ 197 para marzo 2024.
El estado de los cultivos, como en el caso de la soja, retrocedió un punto respecto a la semana anterior para las áreas en condiciones excelente a buena.
El trigo retrocedió US$ 4 por tonelada este lunes en Chicago y cerró a US$ 214, su menor valor en tres años, como consecuencia de la fuerte oferta mundial impulsada principalmente por Rusia. El trigo ruso no solo tiene bajos precios, por su enorme volumen y la depreciación del rublo, sino que incluso los embarques se negocian a menos que los mínimos de exportación no oficiales impuestos por el Gobierno ruso, dijo un operador a Reuters.
En Uruguay, más allá de la incertidumbre y la volatilidad de los precios, los cultivos de invierno se desarrollan con buen potencial aunque no sin dificultades.
Según un informe de Dufour Commodities es un año desafiante para la cebada a nivel de manejo sanitario a nivel general y “por la susceptibilidad sanitaria de algunos materiales genéticos en interacción con un ambiente muy favorable para el desarrollo de enfermedades fúngicas”: altas temperaturas, lluvias y humedad prolongada.
El trigo avanza con buenas perspectivas de rendimiento y situaciones de manejo sanitario más controlables, mientras que la colza “es el cultivo donde se aprecia una mayor heterogeneidad de situaciones, encontrando chacras en muy buenas condiciones y otras que están varios escalones abajo”.