Por Eduardo Blasina
El mercado internacional de carnes es cada vez más una interacción de gigantes, Brasil exportando, China comprando. Y en ambos casos, esta semana trajo sorpresivas inestabilidades.
Por el lado de China disturbios por parte de trabajadores que reclaman derechos y libertad en medio de una asfixiante politica de Covid Cero que por ahora no da resultados y resulta cada vez más molesta a la población. Que trabajadores chions con palos destruyan las cámaras con las que el Estado los filma es un hecho ciertamente inusual. El Covid más que una complicación sanitaria se va volviendo en una problema grave económico y social.
Por ahora los casos no ceden
Mientras en Brasil, tras unos días de silencio, el presidente Bolsonaro volvió a cuestionar el resultado electoral generando una incertidumbre política grave que depreció al real, lo que vuelve a complicar la competencia de los exportadores uruguayos.
Dos gigantes atravesando turbulencias que por su escala impactan en el mundo entero y más en el sector cárnico uruguayo.
Pero mientras, aquí llueve, la oferta escasea y el exceso de ajuste que provocó el temor a la sequía se sigue revirtiendo. Los 4 dólares para el novillo ya no parecen estar tan lejos.