Las principales asociaciones de transporte marítimo han propuesto la creación de un impuesto global sobre las emisiones de carbono de los barcos para ayudar a acelerar la transformación del sector hacia un modelo de operación más sustentable.
Por primera vez, la Cámara Naviera Internacional (ICS) e Intercargo propusieron conjuntamente un gravamen basado en contribuciones obligatorias por cada tonelada de CO2que sea emitida por buques que superen las 5.000 toneladas brutas y comercialicen a nivel mundial.
El dinero recaudado se destinaría a un fondo climático con el objetivo de desarrollar infraestructura de abastecimiento de combustibles más limpios –como hidrógeno y amoníaco- en puertos de todo el mundo.
Con aproximadamente el 90% del comercio mundial transportado por mar, el transporte marítimo mundial representa casi el 3% de las emisiones de CO2 del mundo y el sector está bajo una presión creciente para ser más limpio.
«Lo que necesita el transporte marítimo es una medida verdaderamente global, como esta, que reducirá la brecha de precios entre los combustibles sin carbono y los combustibles convencionales», dijo el secretario general de ICS, Guy Platten, citado por la agencia Reuters.
La propuesta fue presentada el viernes a la agencia naviera de la ONU, la Organización Marítima Internacional (OMI), que debatirá posibles medidas sectoriales a fines de este año.
El transporte marítimo es considerado uno de los sectores más difíciles de descarbonizar, y los grupos industriales citan la falta de tecnologías comercialmente viables.
En julio, la Comisión Europea propuso agregar el transporte marítimo al mercado de carbono del bloque, apuntando a una industria que durante más de una década había evitado el sistema de cargos por contaminación de la UE.
El sistema europeo, el mercado de carbono más grande del mundo, fija un precio a la contaminación y ha ayudado a obligar a las empresas de servicios públicos a pasar de los combustibles fósiles a un mayor uso de energías renovables.
La Cámara Naviera Internacional (ICS) sostiene que enfoques «fragmentarios» como el de la Unión Europea complicarían significativamente «la conducción del comercio marítimo», y por eso prefiere una Medida Basada en el Mercado (MBM) de carácter global, y no medidas regionales.
En base a Reuters