Es temprano para aseverarlo. Pero el USDA dio una señal fuerte, aunque mínima en volumen, incrementando la previsión de stocks en maíz y soja. La hipótesis subyacente es que los importadores han quedado más abastecidos y por ahora frenan las compras.
El precio de los granos tuvo un ajuste importante.
El mercado lanero cruzó los US$ 10 pero a partir de allí se estabilizó.
La vacuna generó grandes expectativas, pero la pandemia sigue.
El petróleo cruzó los US$ 70, para luego retroceder, a US$ 67.
No habrá ninguna baja fuerte porque el mercado de granos sigue ajustadísimo. Pero es factible que las materias primas estén empezando a estabilizarse.
En contrapartida, el que salió de la meseta fue el dólar. Y una posible señal fuerte en ese sentido es que se haya quebrado la confianza en Brasil. En lo que va del año Bolsonaro ha generado dudas. Tanto por el manejo del affaire Petrobras y por el desmanejo de la pandemia, como por el levantamiento de las causas contra Lula, generan una inquietud y una suba del dólar que despertaron al dólar de una modorra de meses.
También la segunda es una hipótesis, ¿puede el dólar ganarle a la inflación en 2021 por una distancia importante? En enero parecía muy poco posible. Ahora no tanto. Protestas fuertes contra el gobierno en Paraguay, rebelión contra el confinamiento en Formosa, Argentina y Brasil en el peor momento de la pandemia. El riesgo regional está en un punto alto.
Las exportaciones y la estabilidad de Uruguay más importantes que nunca en los últimos años.