En la industria frigorífica uruguaya “es absolutamente imposible entrar en colusión, eso está comprobado”, dijo el presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica, Daniel Belerati, tras la compra del frigorífico BPU por parte de Minerva.
“Tenemos que tener confianza en los sistemas que están operando en Uruguay. La industria frigorífica está controlada”, señaló a Tiempo de Cambio de radio Rural.
Manifestó preocupación sobre la evaluación que lleva adelante Defensa de la Competencia sobre esta transacción. “Afecta a dos principios fundamentales: el de la libertad de comercio y la no participación de organismos estatales dentro de los negocios de los privados”, apuntó.
“Estamos defendiendo el principio de que uno pueda vender sus activos cumpliendo con las normas, eso para la CIF es fundamental”
Para el presidente de CIF “preocupa el poder tener el derecho de que si mañana nos vienen a comprar un frigorífico, lo podamos vender sin tener que pasar por las manos del Estado, de un gobierno, de una comisión. Por las manos de una burocracia que eventualmente no llega a comprender efectivamente como funciona este negocio, con la probabilidad de que esto se frustre. Eso podría determinar que los activos frigoríficos pasaran a valer menos o se hiciera mucho más difícil vender”.
Argumentó que un mercado abierto para la importación de carne es una de las garantías que tiene el consumidor de carne uruguayo. “Una válvula está en la importación de carne y la otra válvula de seguridad es la de la exportación en pie”.
“Es muy peligroso para el Uruguay. El gobierno invita a invertir en Uruguay, ´venga e invierta que acá tiene todas las garantías´, pero no puede ser que las garantías duren hasta el momento en que a un funcionario o a una comisión diga: ah no, ese negocio no se puede hacer porque tenemos tal temor. Ese día el Uruguay como país de recepción de inversiones va a estar en tela de juicio”. “Sería absolutamente negativo”, dijo.
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