Por Eduardo Blasina
Todavía es temprano para asegurarlo pero el mercado internacional de carnes, o sea, básicamente China, da señales de estabilizar sus precios. Tal como explicó el presidente del frigorífico Copayán en la mañana del miércoles, los importadores están mandando una señal de ajuste, más amigable, sin la brusquedad del quiebre de noviembre de 2019, que parece irse reflejando en los precios de exportación.
El precio de las últimas cuatro semanas para carne vacuna parece estabilizarse sobre los US$ 4.200. El precio de una sola semana no cuenta demasiado, pero en el caso de la carne vacuna, tras una semana excepcional arriba de US$ 4500 siguieron dos por debajo de 4.200. Al menos parece indicar que la situación parece más una meseta que una escalera, y las escaleras son más peligrosas que las mesetas. Ahora de lo que se trata es de la sostenibilidad de los precios.
En el caso de la carne ovina los precios siguen algo más picantes, pero mirados como promedio de cuatro semanas siguen en el entorno de US$ 5.600 por tonelada.
Como ha dicho Pablo Carrasco, ahora lo mejor es que los precios no sigan subiendo, que China no patee el tablero y tome medidas estatales para frenar la inflación y que se prolongue este momento de la ganadería que está llamado a generar grandes transformaciones en el sector más importante de la ganadería uruguaya.