Es probable que en el segundo semestre se vea una disminución en el stock de vacunos “que no va a ser alarmante” dijo Ricardo Reilly, delegado de ARU en la Junta Directiva de INAC.
“El sistema verá de qué forma recobra el equilibrio”, apuntó Reilly, y destacó el rol importante de las hembras en un momento de tanta extracción: “desde el ingreso de mayor cantidad de vaquillonas para entorar a edades más tempranas, a la valorización de las terneras a las vacas preñadas, que van a jugar un papel clave en el proceso”.
Tomando como referencia el último remate de Plaza Rural, la semana pasada, en el último tramo de la zafra de reposición, la ternera promedió 27% más que hace un año, US$ 2,80 por kilo frente a US$ 2,21 en mayo de 2021. Llegó a US$ 2,95 en abril, frente a US$ 2.17 en abril 2021.
Los vientres preñados promediaron US$ 1.010 en el remate de Plaza Rural del 18 al 20 de mayo, un precio 48% superior a los US$ 681 de hace un año.
La extracción que persiste con faenas de más de 200.000 animales por mes desde hace 13 meses responde a la lógica de que “a estos valores de exportación es un momento de capitalizar tanto para la industria como para la producción”.
“En 2022 estamos con volúmenes interesantes a un valor medio de poco más de 5000 dólares en el año, 30% más que el año pasado que había sido un año bueno, y se refleja en los precios de la hacienda”, señaló el delegado de ARU en INAC.´
La sostenibilidad del ritmo de faena, que en 2022 viene superando récords de 2021, dependerá de la eficiencia del manejo de las pasturas implantadas, la aceleración de los ciclos y la producción.