Dinamarca debería intentar reducir la producción de carne vacuna y lácteos mediante la introducción de un impuesto sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, según un informe del Consejo Danés del Clima que proporciona recomendaciones al gobierno.
El impuesto de 750 coronas danesas (101 euros) por tonelada es “vital para los objetivos climáticos de Dinamarca”, según el nuevo gobierno.
Se espera que la ganadería en Dinamarca represente el 40% de las emisiones para 2030 si no se introducen nuevas políticas. El sector representa actualmente el 28 por ciento de las emisiones, según Estadísticas de Dinamarca.
Un impuesto a la carne y la leche aumentaría el incentivo para que los productores cambien a cultivos y producción de carne de cerdo que emiten menos gases de efecto invernadero que el ganado
Dinamarca se convertiría en el primer país europeo y el segundo en el mundo en introducir un impuesto de este tipo después de que Nueva Zelanda anunciara que pondría un precio a los gases de efecto invernadero agrícolas a partir de 2025.
El monto del impuesto sería similar al que pesa sobre otras industrias con altas emisiones de carbono, que fue acordado por el parlamento danés en junio del año pasado.
Las estimaciones del gobierno señalan que el cambio tributario podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 3,7 millones de toneladas cada año para 2030.
Desde el sector del agro se advierte que un impuesto de esta naturaleza provocaría una ola de quiebras entre los productores, desplazaría empleos al extranjero e impediría que Dinamarca desarrolle soluciones que realmente puedan marcar una diferencia en el clima.