La preocupación en la industria frigorífica por las dificultades logísticas que está experimentando la exportación se convirtió esta semana en incertidumbre. Las cargas empezaron a ser afectadas en el puerto de Montevideo, con retrasos de hasta dos semanas en el embarque de contenedores y barcos que directamente cancelan de un día para el otro entradas previstas a puerto, lo que tiene sorprendidos a los agentes marítimos, dijo Marcelo Secco, gerente de Marfrig, en Tiempo de Cambio de Radio Rural.
Todas las compras están atrasadas, afirmó Secco, en un contexto de actividad plena de faena y avidez de los mercados que los problemas logísticos no dejan que se exprese plenamente y empiezan a afectar los precios, lo que suma a los sobrecostos logísticos.
La escasez de contenedores a nivel global, los problemas sanitarios en puertos de China que enlentecen aún más las operaciones y el enfriamiento del consumo en el mercado chino son una combinación de factores que comienza a impactar directamente a Uruguay
La demanda seguirá firme con precios moderándose, al menos hasta los embarques que lleguen al Año Nuevo Chino (12 de febrero) dijo otro actor de la industria frigorífica que calificó la situación logística de “Alerta Roja”.
Competencia por contenedores
Hoy no hay suficientes barcos y contenedores, y ya comenzamos a competir con otros rubros que antes usaban contenedores secos y ahora compiten con la industria frigorífica por los reefers –contenedores refrigerados- para usarlos como secos.
“Los clientes empiezan a reflejar con incertidumbre los negocios, hay que ir día a día porque los compromisos ya no son semanales; había una demanda activa hasta esta semana, aunque sin afectar las cargas”, apuntó Secco, “pero ya muchos clientes, esencialmente China, deciden no tomar posición en negocios sino posiciones más prudentes en materia de volumen y precios”.
El sondeo de precios regionales y la no concreción de compromisos “va dando pie a empezar a manejar precios más moderados”.
¿Qué pasa con los embarques? Un barco que consolida toda su carga en un puerto de Brasil no tiene por qué bajar a Uruguay para completar su carga, cambia su ruta, y está pasando que la carga seca está siendo más rentable y van postergando la carga de los refrigerados.
Techo a la faena
Además de las consecuencias que ya se sienten, se anticipa que el impacto se extenderá en los próximos meses, expresó el gerente de Marfrig: “va a llevar a que Uruguay no pueda expresar ese aumento de faena que se da entrada la primavera, y hoy no se puede pensar en mover mucho más la faena, en función de negocios que ya se paran, como Israel y lo que vaya pasando con China y con las cargas”.
Hay un riesgo en la valorización y exportación de Uruguay, además del sobrecosto marítimo de 200 o 300 dólares por tonelada.
El sistema local no tiene espacio para stockear volúmenes superiores a 10.000 o 15.000 toneladas, más allá de las propias plantas; por lo que se empiezan a vender cortes de oferta en el mercado interno que tenían destino a China y no pudieron ser embarcados.
En una reunión mantenida ayer por los industriales con el ministro Fernando Mattos, el subsecretario Juan Ignacio Buffa, y el presidente del INAC, Conrado Ferber, fueron planteadas alternativas para estimular la llegada de barcos, reduciendo los costos operativos en el puerto.
Proceso de apreciación
A mediano plazo, en un escenario de normalización logística, Secco coincide con otros actores del mercado en que “hay un proceso claro de apreciación” de la carne en función de los precios de los granos en EEUU, los índices de preñez y una faena más atenuada en Brasil que es el primer jugador del Cono Sur, “lo que conjuga un equilibrio de tensiones que favorece en que podamos pensar en valores más estables que en los últimos tiempos”.