Los cultivos de trigo y cebada aprovecharon el clima de julio con agosto que sigue con buenas perspectivas. La realidad regional marca que, si nada falla en los últimos minutos, Brasil podría llegar a una producción récord mientras que en Argentina el déficit hídrico podría llevar a una producción por debajo de la zafra anterior.
Las condiciones climáticas para el trigo y cebada siguieron positivas en la última semana lo que se refleja en el estado de los cultivos que están con muy buenos niveles de macollaje. Si bien se está cerca de terminar el primer tiempo del partido, las perspectivas de rendimiento son muy favorables.
En Brasil falta el tramo final para la definición el rendimiento en Paraná, el principal estado productor de trigo del país que el año pasado tuvo una muy mala cosecha. Un relevamiento de la agencia Reuters entre analistas proyectó que si el clima se mantiene como hasta ahora la producción brasileña podría llegar a un nuevo récord en torno a los 7 millones de toneladas, contra 5,15 millones de toneladas de la zafra anterior. Eso redundará en una caída posiblemente en los niveles de importación, aunque con el sostén que Brasil llegará a cosecha con muy bajos stocks.
En Argentina, en tanto, la falta de lluvias primero redujo el área respecto al año pasado y ahora ya les pega a los potenciales de rendimientos especialmente en las regiones del Norte y Centro del país. La apuesta está en una mayor producción triguera en el polo productivo del Sur del país. Entre los analistas por ahora se mantiene una estimación de rendimiento similar o algo inferior a los 19,5 millones de toneladas de la zafra pasada, pero con áreas comprometidas.