Prolesa cerró la compra de 12 mil toneladas de cebada para alimentación animal y tiene intención de comprar algo más, dijo su gerente general Gabriel Bagnato.
“El nivel de rechazo en el orden de un 30% a 35% a nivel país en el caso de Ambev generó una mayor oferta y los valores que se está logrando captar son bien diferentes a los del maíz con un mejor margen respecto al precio de la leche”, dijo Bagnato en Tiempo de Cambio de Radio Rural.
La referencia para la cebada forrajera está hoy en el eje de US$ 160 por tonelada, una diferencia muy importante respecto a la persistente cotización de US$ 260 que ha tenido el maíz en los últimos meses.
Tanto para la lechería como para la alimentación en los corrales, la disponibilidad de cebada y eventualmente de trigo que no alcance los parámetros para panificación representan un alivio luego de una larga temporada de costos elevados y alta necesidad de suplementación como consecuencia de la sequía.
Los niveles actuales de precios del maíz y las proyecciones hacia adelante “no vemos que vayan a cambiar en el corto plazo, con perspectivas de que bajen al entorno de US$ 200 después de la próxima cosecha” estimó Bagnato.
Además de las voluminosas adquisiciones de cebada de Prolesa para confeccionar raciones en base a cebada, también hay compras de tamberos de campo a campo.
“Teníamos previsto que la cosecha de cebada iba a ser voluminosa, a eso se sumaron los problemas de rechazo más altos de lo esperado para el grano, por calibre y por exceso de proteína, que resultan en una mayor disponibilidad”, apuntó el gerente general de Prolesa.
Entre los productores lecheros sigue habiendo niveles altos de consumo de grano, no como en el pico de la seca pero sí una demanda importante, apuntó Bagnato.
Escuche la entrevista a Gabriel Bagnato en Tiempo de Cambio