Por Eduardo Blasina
Es un momento excepcional para la ganadería, en el que como pocas veces todo está alineado, incluida la salida de Argentina. Pero la dependencia de China es máxima. Parece deseable que no sigan subiendo los precios de exportación que superaron los US$ 4.400 por tonelada en las últimas dos semanas.
Con estos precios del ganado gordo la ecuación cierra muy bien a los invernadores. Y con la estabilidad del ternero en torno a US$ 2,,30 también cierran muy bien las cuentas de los criadores en el año de mayor oferta de terneros de la historia.
El gran riesgo es que el gobierno de china decida medidas que alteren la lógica del mercado. Esta semana y la anterior han estado repleta de anuncios en tal sentido.
En el gráfico el precio del ternero, tomando los resultados de hoy de Pantalla Uruguay, parecen en el centro, lejos del precio bajo de enero, tal vez no repitiendo los altos precios que tuvieron en el segundo semestre de 2019, cuando el precio del gordo parecía no tener techo.
La zafra de terneros va llegando al final con precios robustos que le permiten a los invernadores apostar y que como pocas veces parecen mostrar una situación armónica en los distintos integrantes de la cadena. Claro bancados por China, que ha anunciado medidas para bajar el precio de alimentos y metales.
Mientras los granos suman volatilidad la ganadería tiene la posibilidad de mostrar una vez más que tiene un valor de estabilidad diferencial, en este caso a precios muy atractivos para todos.