El pesimismo respecto al futuro de China tras la concentración de poder por parte de Xi Xinping, junto al progreso de la cosecha de EEUU y el desarrollo de los cultivos en Brasil y las lluvias que se esperan para esta semana en Argentina son la suma de factores que llevan a un comienzo de semana a la baja en el mercado internacional de granos.
A eso se suma la histórica bajante del río Misisipi que lleva a una lenta salida de los granos de EEUU que se destinan a la exportación.
A pesar de que las compras de China en setiembre en soja fueron mayores que las de agosto y que la semana pasada hizo compras importantes en EEUU, el pesimismo que reina sobre China incide más que las cifras.
El panorama es similar para trigo, el repunte que tuvo hasta comienzos de este mes se ha debilitado pareciera que en forma estructural.
En buena medida la trayectoria futura del mercado para trigo dependerá de como sigan las exportaciones de Ucrania tras el 19 de noviembre, algo sujeto a negociaciones actualmente (ver nota aparte).
En el caso del maíz hay algo más de estabilidad, que se vio confirmada por una muy mala producción en la Unión Europea.
Quedan do semanas de cosecha en EEUU, será difícil una recuperación del mercado previo a eso. La bajante del Misisipi y la sequía en EEUU son dos factores a observar, el primero bajista en el corto plazo, el segundo potencialmente muy alcista para el año próximo.
La semana arranca con la soja sobre US$ 490 por tonelada, la colza US$ 520, el trigo y el maíz sobre US$ 300 y la cebada para malteo en US$ 285.
Mientras, en Uruguay las lluvias han permitido evitar un desastre, pero no permitirán seguramente que se repitan los rendimientos del año pasado. Las primeras cosechas de colza se darían esta misma semana y empezarán a mostrar los resultados que estarán por debajo de los 1.800 kg/ha que obtuvo la oleaginosa el año pasado. Igualmente se espera un rendimiento algo menor a los 4.100 kilos de la cebada del año pasado y de los 3.985 que obtuvo el trigo. Aun así, las lluvias de esta semana pueden permitir que la agricultura cubra los costos de invierno y ganando tiempo para esperar que se vaya La Niña, algo que por ahora no sucede. La mayor diferencia de rendimiento probablemente ocurra en colza, que tendría un resultado fuertemente menor al del año pasado en términos de margen no solo por menor productividad sino también por mucho menor precio por tonelada.