El precio de exportación del aceite de girasol en Argentina saltó 45% desde principios de año en un escenario de baja oferta en el Mar Negro y una fuerte suba en los precios de los aceites vegetales.
El aumento en la demanda de aceite de soja y de palma para biocombustibles son las principales variables que entraron en juego para que las ventas al exterior del complejo girasolero argentino sean las más altas en 18 años y que el precio FOB del aceite haya dado un salto que alienta a los productores locales, señaló la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La producción de girasol a nivel mundial retrocedería casi 10% en la campaña 2024/25, con Rusia y Ucrania explicando la mayor parte de estos recortes. Estos dos países representan el 70% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol.
«Oil World proyecta que para la campaña 2024/25 las exportaciones de aceites vegetales llegarían a un mínimo de tres años, cayendo en 1,3 Mt respecto a la campaña pasada, principalmente explicado por el retroceso productivo en la región del Mar Negro. Esta situación se ha trasladado a el precio de los aceites vegetales, que cotizan muy por encima de los valores vigentes a comienzos de año», indica el informe de la BCR.
Esta coyuntura se ve reflejada en las cotizaciones FOB de aceite de girasol argentino, que acumula un aumento de 45% desde comienzos de este año y toca máximos desde febrero del 2023. Así, hoy una tonelada FOB de aceite de girasol cotiza en torno a 1.140 USD/t, cuando recién en mayo se llegó a perforar el techo de los 900 USD/t, destacó el diario Clarín.
En Uruguay la cotización de es de US$ 420 más bonificaciones por tonelada de semilla de girasol, lo que puede llevar el precio final cerca de los US$ 500 por tonelada. Previo a la siembra se estimaba que se podía alcanzar unas 8 mil hectáreas sembradas y una productividad de alrededor de 1.800 kilos por hectárea. Hace tres años se obtuvieron muy buenos rindes de entre 2.400 a 3.000 kilos.
El mercado para el aceite de girasol está dentro de fronteras, la aceitera Cousa, con una demanda de 20 mil a 25 mil toneladas anuales, lo que requiere entre 12 mil y 15 mil hectáreas en producción.
En lo que va de la campaña 2023/24 se procesaron en Argentina 3,2 millones de toneladas de girasol, ligeramente por encima del promedio de los últimos cinco años.
«Al mismo tiempo -destaca BCR-, la dinámica macroeconómica argentina y la escalada en los precios internacionales se conjugaron para redireccionar la oferta de derivados de girasol hacia el resto del mundo. Desde enero a octubre se exportó el 70% de la producción en plantas industriales de subproductos y aceite de girasol, esto es 13 puntos porcentuales por encima del promedio y la proporción más alta desde el año 2006 para la misma altura del año».