En el primer remate de Lote 21 del mes de marzo y el especial Angus de Plaza Rural los porcentajes de venta fueron de 82% y 93% respectivamente, considerados muy buenos en una situación forrajera que en muchas zonas es crítica.
“No es el precio lo que manda sino la capacidad forrajera que pueda tener el comprador”, afirmó Marcelo Cravea, director del escritorio Esteban Bosco Ruiz e integrante de Lote 21.
Los terneros, sobre todo los livianos, tuvieron una demanda importante con un promedio general de precios de US$ 2,38 por kilo y US$ 390 por bulto. El promedio estuvo 2,5% por debajo del remate anterior y 15% por debajo de un año atrás.
Las terneras se destacaron con una suba de 3,7% para un promedio de US$ 2,19.
La categoría con mayor puja fue la de novillos de más de 3 años, animales de más de 300 kilos, que promediaron US$ 1,96, un 5,1% más que en el remate anterior con una “fuerte demanda por el incremento de precios desde la industria frigorífica”, dijo Cravea.
Las categorías más vulnerables a las circunstancias climáticas, vacas de invernada y piezas de cría, bajaron 2% y 6% respectivamente. Para el integrante de Lote 21 es “injusto para el vendedor el precio de las piezas de cría, un negocio que se transforma muy rápidamente en una vaca de invernada y una ternerada para la recría”, situación que aplica también a las vacas preñadas. “Para aquel que pueda comprar es muy interesante”, consideró Cravea.
En el remate especial Angus de Plaza Rural los aumentos de precios se explican por la calidad de los ganados y “porque había muchos ganados livianos, que se están vendiendo antes o con menos kilos que el año pasado”, apuntó Alejandro Zambrano, director de Zambrano & Cia.
Los terneros promediaron US$ 2,52 y los lotes mixtos US$ 2,27, por encima de las terneras a US$ 2,21.
El ánimo comprador dio fluidez a las operaciones, con una oferta presionada: “se pudieron comprar muy buenos ganados a bastante menos que en otras circunstancias”, apuntó Zambrano.
