Las últimas dos semanas previas al receso en el mercado lanero australiano fueron positivas, con un avance de más de 6% en los precios del indicador australiano IME respecto al cierre de la temporada 2022/23.
Una suba lógica, consideró Pablo Iramendi, teniendo en cuenta que por tres semanas los consumidores se quedan sin posibilidad de comprar grandes volúmenes, a lo que se suma la aparición de lana nueva y de mejor calidad.
“Zafra nueva, calidad nueva, y la necesidad además de hacerse de lana que después no pueden comprar”, dijo el presidente de la Unión de Consignatarios y Rematadores de Lana.
En el mercado interno, sin embargo, no se ha reflejado esa suba, con una demanda bastante ausente, comentó Santiago Onandi, responsable de lanas de Zambrano y Cía.
Están empezando las esquilas preparto, en algunos lados con lanas prontas, y muchos productores están esperando a la segunda parte del año con la expectativa de mejores valores.
“En Corriedale ha aparecido alguna operación en las últimas semanas, a mi entender gente que está con dos o tres zafras y se quedaron sin espacio por lo que no tienen más remedio que vender al precio del mercado. Y más sabiendo que las expectativas para lanas gruesas en el corto plazo no es el mejor”, señaló Iramendi.
Han aparecido algunas operaciones para lotes acondicionados en el eje de US$ 0,80 a US$ 1 dependiendo la finura, sostuvo. Y para lotes sin acondicionar y sin grifa verde en el eje de US$ 0,50 a US$ 0,60.
Onandi puntualizó que en ese sector de lanas de 28 micras y más gruesas, el productor “ya se hizo alguna idea de que el mercado quedó por ahí”, con referencias para ese tipo de lanas de entre US$ 1 en algunos casos hasta por debajo de US$ 0,90.
Hacia adelante, como ha pasado en los últimos dos o tres años, consideraron que la demanda se concentrará en lanas finas, y certificadas. “En ese tipo de lanas la demanda está activa. Lo que no hay hoy es oferta vendedora a estos valores, pero creo que con una tonificación del mercado va a andar bien. El resto de las lanas espera alguna demanda que absorba los stocks y que China, gran consumidor de ese tipo de lanas, se active, cosa que por ahora no ha pasado”, sostuvo Onandi.
Para Iramendi, “hasta que no mueva China el espinel y empiece a consumir y demandar va a ser muy difícil que los valores puedan cambiar mucho”.