Los índices positivos de la reactivación de la economía de China conocidos la semana pasada no se reflejaron en el mercado lanero, del que China es principal cliente. El regreso a la actividad en Australia tras el receso de Pascuas mostró un retroceso en los valores, que se mantuvieron estables en las restantes jornadas.
La acumulación de oferta durante la pausa frenó la posibilidad de mejorar los precios, a lo que se le suma la calidad despareja de lana ofrecida.
El Indicador de Mercados del Este (IME) bajó 1,6% en dólares y cerró la semana a US$ 8,64. La divisa australiana se fortaleció, por lo que la caída en moneda local fue menor: 0,9%.
El indicador en dólares estadounidenses es hoy 12% inferior al de un año atrás y 11% menor al del pico del año 2023, que fue de US$ 9,77 a mediados de febrero.
La operativa comercial en el mercado uruguayo se limita a negocios puntuales, con valores que no conforman y que han caído en las últimas semanas. Las ventas reportadas por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) la semana pasada indican que por lanas Corriedale de 28,5 micras sin acondicionar se obtuvo apenas US$ 0,60 por kilo vellón y US$ 1 por kilo en lanas de 26 micras sin acondicionar.
Expectativas centradas en China
Tanto en Uruguay como en Australia la atención sigue puesta en la industria china, que no termina de reactivarse y eso hace que los precios no repunten.
Nicolás Pérez del Castillo, director de Tops Fray Marcos, dijo en Tiempo de Cambio de radio Rural que la transformación de las textiles chinas para cumplir con requisitos ambientales y laborales más estrictos está frenando ese esperado despegue.
Según sus proyecciones en 2023 China sigue retrocediendo como comprador de lana uruguaya. “Es un cambio inmenso para todos los exportadores; Uruguay es un tomador de precios y en la medida que China no traccione como destino del 60% o 70% de las lanas del mundo, aunque hay otros mercados que están floreciendo y consolidándose despues de la pandemia, se hace dificil ver una mejora sustancial de los precios”.
La misma percepción tiene el sector exportador australiano, según lo expresado por el CEO de Australian Wool Innovation (AWI) luego de su primera visita a China en cuatro años.
Jon Roberts recorrió empresas y se reunió con asociaciones industriales en Shanghai, Zhangjiagang, Tongxiang, Nanjing y Beijing. Afirmó que todos reportan ampliaciones de su capacidad de procesamiento y confianza en el mercado chino.
“Existe la creencia de que cada vez más y más consumidores chinos van a querer usar productos de lana”, afirmó Roberts, citado en Sheep Central, “y que va a crecer la proporción de lana procesada que se consume en el país, que hoy es del 50%”.
Según dijo, el consumidor chino respalda a diseñadores y marcas locales, y ya no sólo elige prendas de grifas europeas, lo que identificó como un cambio de hábitos que se ha profundizado en los últimos 10 años.
A su vez, se manifestó sorprendido por el aumento en el interés de la sostenibilidad y la trazabilidad de las materias primas.
Escuche la entrevista a Nicolás Pérez del Castillo de Tops Fray Marcos