El contraste del agro de Punta del Este a París

Por Eduardo Blasina

En el mismo momento en el que los productores uruguayos discutían estrategias para conquistar el mundo en base a las ventajas ambientales del país en el glamour del verano puntaesteño con el decorado del sol y el calor atemperado por el aire acondicionado del Centro de Convenciones puntaesteño, los productores franceses, italianos, españoles y belgas desafiaban el frío para salir a cortar el tránsito e intentar sitiar a París y Lyon, dando el certificado de defunción a un acuerdo Mercosur Unión Europea que se negoció durante décadas y nunca llego a ser. Podría decirse que ya no será.

Los productores europeos vienen desde hace tiempo levantando presión contra las políticas europeas que intentan ser vanguardia en términos de reducir emisiones y promover la biodiversidad. Por otra parte solventar una guerra en Ucrania y acelerar la transición energética en una economía de bajo crecimiento tiene su costo y por lo tanto los gobierno apuntaron a reducir los subsidios a los combustibles. En el mismo momento que el presidente de Ancap hacía soñar a la audiencia con un Uruguay exportador de energías limpias y los privados tomaban el guante pensando en exportar la fotosíntesis de las pasturas naturales y biodiversas, los europeos doblegaban políticas que obligan a dejar tierras sin cultivar para mejorar la biodiversidad castigada durante siglos.

Finalmente la Unión Europea puso la marcha atrás con el libre comercio y con políticas ambientales que habían pasado por pocos votos las instancias parlamentarias de la Unión. Ayer el vicepresidente de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič, describió la decisión del miércoles de retrasar las normas sobre la reserva de tierras, que se espera que los estados miembros aprueben en un plazo de 15 días, como “una mano amiga” para el sector en un momento difícil.

Europa ha tenido, incendios forestales masivos, por ejemplo en Grecia, olas de calor récord en todo el sur, sequía en España que ha dejado los embalses en Andalucía en 20% y han afectado la disponibilidad de agua potable en toda Catalunya, incluida Barcelona. Pero al fin y al cabo los productores son los primeros perjudicados por esos fenómenos climáticos.

Con una Unión Europea polarizada por estos temas y otros como la inmigración -otro fenómeno que el cambio climático  aumentará inevitablemente- la reversión de las políticas busca frenar la polarización “que está dificultando cualquier buena conversación y debate”, explicó la autoridad europea.

“Nos sentimos obligados a actuar bajo esta presión que [está sintiendo] la comunidad agrícola”, dijo. “Hemos tenido una serie de fenómenos meteorológicos extremos, sequías e inundaciones en varias partes de Europa, y hubo un claro efecto negativo en la producción, en los ingresos (y, por supuesto, en una disminución de los ingresos) de los agricultores».

Combinados con los precios más altos de la energía, los riesgos relacionados con el clima para los cultivos significaron que los agricultores se encontraban en un «punto débil persistente» que estaba «aumentando el costo de producción y restringiendo los ingresos», dijo Šefčovič.

Mientras 18 productores fueron detenidos por trabar el tránsito y descargar camiones con productos importados.

Un productor así lo explicó a la prensa “Se trata de la ira de la gente del campo sentimos que nos tratan como si fueramos tontos. Trabajamos como perros. Nuestro mensaje es: compre productos franceses y haga ese esfuerzo que hacemos nosotros”.

No está claro que las medidas anunciadas vayan a aplacar las protestas y que no puedan surgir protestas de otros sectores de la sociedad. Los críticos de las medidas argumentan que los agricultores de la UE se encuentran entre los sectores más mimados de la economía, con más de 307.000 millones de euros (335.000 millones de dólares) –el 30% del presupuesto total de la UE– destinados a subsidios y apoyos entre 2023 y 2027.

Viendo esta situación desde Punta del Este pareciera que los subsidios son una trampa que debilita y que tantos años de luchar sin subsidios contra las barreras comerciales del hemisferio Norte, al agro uruguayo, lo ha fortalecido.

 

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