El comienzo de semana no tuvo una dirección definida en el mercado de Chicago, que alternó leves bajas y ascensos. El deterioro del estado de los cultivos de verano por el excesivo calor se vio algo amortiguado por lluvias, pero el mercado espera que haya una reducción en el rendimiento previsto al menos en maíz y probablemente también en soja. El rendimiento podría quedar levemente por debajo de los del año pasado, pero estos fueron rendimientos altos. No será una cosecha catastrófica pero está en juego todavía si es una buena cosecha o una mediocre. Y los datos de estado de los cultivos de este lunes fueron peores a lo esperado lo que seguramente de firmeza a la operativa de este martes a la espera de que el USDA ratifique el viernes un recorte en los rendimientos de los cultivos de verano.
Los maíces en estado muy bueno bajaron de 61% a 58%, en tanto para la soja el descenso fue de 60% a 59%. El maíz pasó mayoritariamente la floración en tanto la soja está en pleno. Esto cayó por debajo de las expectativas del mercado en maíz (se esperaba un descenso de 61% a 60%)
En el caso de la soja y el trigo una novedad importante de esta semana fue la reactivación de las exportaciones de EEUU, que incluso colocó soja a China de la cosecha 2022/23 a pesar de las tensiones geopolíticas.
No fue así en el maíz donde las colocaciones fueron bajas, con competencia de Brasil que ha avanzado sobre 82% del área.
Aunque fue positiva la confirmación hecha por el USDA de una nueva venta a China, por 132.000 toneladas de soja 2022/2023, se sigue confirmando una mayor lentitud en las ventas de este año respecto a 2022. En julio las importaciones sumaron 7,88 millones de toneladas, un 9% menos que en igual mes de 2021. En los primeros 7 meses de 2022 China compró 54,20 millones de toneladas de soja, un 6% por debajo del mismo período de 2022.
En el caso del maíz la salida del grano de Ucrania puede empezar a incidir en el mercado aunque no libre de problemas logísticos. El comprador del primer barco ucraniano (Líbano) rechazó el grano por el atraso de cinco meses en la entrega. El barco sigue fondeado en las costas de Turquía. La mayoría de los barcos que salen son de maíz, ninguno de trigo, algunos de girasol y aceite.
Desde la reapertura de las exportaciones van saliendo 160.000 toneladas de maíz ucraniano.
TRIGO
Una jornada sin tendencia definida para ninguno de los granos lo mostró al trigo con ligeros altibajos en el mercado estadounidense. La firmeza de la demanda internacional se mantuvo como un dato alcista para el cereal, dado el interés de los compradores por asegurarse mercadería mientras el avance de la cosecha del hemisferio Norte mantiene los precios lejos de los máximos vistos pocos meses atrás.
El hecho de que entre los despachos de granos desde Ucrania no se haya incluido trigo brindó cierto alivio al mercado, pese a que la situación en sí misma, con 6 buques despachados en dos días a través del Mar Negro, restó sostén a los precios de los cereales en general. Como ya lo hemos señalado, el mercado espera por ver cómo se dará la llegada de buques vacíos para levantar nuevas cargas, esa es la prueba de fuego para el acuerdo de Estambul, más allá de la salida de las naves varadas en puertos ucranianos desde el inicio de la guerra.
Las favorables perspectivas para la producción en Rusia se destacaron entre las noticias bajistas. Al respecto, la consultora rusa IKAR elevó hoy de 90,50 a 95 millones de toneladas su estimación para la cosecha de trigo de Rusia por mayores rendimientos en las regiones Central y del Volga. En julio el USDA proyectó la producción rusa en 81,50 millones de toneladas. El viernes el organismo publica su nuevo informe mensual.
Hay una reactivación en las exportaciones de trigo de EEUU reportadas esta semana, algo auspicioso para la perspectiva del grano que está terminando la cosecha en el hemisferio Norte.
El gobierno de la India analiza la chance de eliminar un arancel del 40% que pesa sobre las importaciones de trigo y limitar la cantidad de existencias que los comerciantes pueden tener para tratar de amortiguar la suba de los precios internos en el segundo mayor productor mundial que pasó de proyectar exportaciones por 12 millones de toneladas a tener que importar por primera vez desde 2018.