Tras siete meses consecutivos de baja, el índice de precios de los alimentos de FAO repuntó 1,1% en marzo frente al mes anterior, aunque la mejora no fue suficiente para mejorar respecto a un año atrás. En la comparación interanual se dio una caída de 7,7%.
El índice de precios para los cereales cayó 2,6% frente a febrero y 20,0% por debajo del nivel de marzo de 2023. Los valores del trigo cayeron por tercer mes consecutivo. Los precios del maíz con destino a exportación mostraron un desempeño levemente positivo. Bajaron los precios mundiales para la cebada y subieron para el sorgo.
El índice de precios de los aceites vegetales en marzo aumentó 8% respecto de febrero y alcanzó su valor más alto en un año. El marcado repunte se debió al aumento de las cotizaciones de los aceites de palma, soja, girasol y colza. Entre otros factores, el aumento de los precios del petróleo también contribuyó al aumento de las cotizaciones de los aceites vegetales.
Segundo aumento consecutivo para leche y carne
El índice de precios de los productos lácteos subió por segundo mes consecutivo, esta vez un 2,9% respecto a febrero, pero sigue 8,2% por debajo del valor registrado en el mismo mes del año pasado. En marzo, los precios mundiales del queso fueron los que más subieron asociado a una buena demanda en Asia, el aumento de las ventas internas en Europa occidental en vista de las vacaciones de primavera y el descenso estacional de la producción en Oceanía.
El índice de precios de la carne de la FAO registró un alza de 1,7% comparado con febrero, su segundo aumento mensual consecutivo. El índice se situó 1,5% por debajo de su valor de hace un año. Aumentaron los precios de la carne de ave, de cerdo, y también de la carne bovina.
En el caso específico de la carne vacuna, la recuperación se dio debido en gran medida al incremento de las compras de los principales países importadores. Por el contrario, los precios internacionales de la carne de ovino disminuyeron por segundo mes consecutivo, principalmente a causa del aumento repentino de la oferta por encima de los niveles estacionales, especialmente en Australia.